Las horas posteriores al terremoto del pasado martes 19 de septiembre México estuvo en vilo por el inminente rescate de “Frida Sofía”, una de las niñas atrapadas entre los escombros en el Colegio Rébsamen. Sin embargo, este jueves, las autoridades anunciaron que “Frida no existe”; no había ninguna menor entre los escombros, reseñó Infobae.
Este caso rememoró el de Luis Ramón “Monchito” Navarrete, de 9 años, el “niño fantasma” que también captó la atención de la prensa nacional e internacional, y de toda la sociedad mexicana en 1985.
El joven iba rumbo a Cozumel con su familia, y durmió la noche del 18 de septiembre en la vecindad de su abuelo. La mañana siguiente, el sismo de 8,2 grados en la escala de Ritcher destruyó por completo las viviendas del complejo ubicado en La Merced, en la capital mexicana.
Tras varios días de incesantes tareas, los equipos de rescate aseguraron haber oído golpes desde el fondo de los escombros. Esta señal mantuvo en vilo al país durante una semana. Además, otro factor que sorprendía a los rescatistas es que no había “olor a muerto”.
La aparición con vida de Monchito, quien sería el último sobreviviente del terremoto, afloró las esperanzas de un pueblo que se encontraba afectado y conmovido por la brutal tragedia.
Expertos internacionales que habían viajado para colaborar advirtieron que ya nadie estaba vivo. Pero los mexicanos se aferraban a la fe para encontrar a “Monchito”. Hasta se montaron cadenas de oración en las adyacencias del lugar.
El presidente de ese entonces, Miguel de la Madrid, ordenó que siguieran con los trabajos de búsqueda.
Pero esa búsqueda finalizó el 11 de octubre. Los rescatistas aseguraron que no pudieron encontrar a nadie. Varias personas civiles, todavía con la esperanza de encontrar a “Monchito”, lo buscaron por sus propios medios. Pero el niño nunca apareció.
Su padre, Mauricio Nafarrete, había exigido su aparición con vida y la de su suegro. Lo llamativo es que el cuerpo del abuelo sí apareció, pero el de “Monchito” no.
Lo que vino después es pura conjetura. Nunca hubo certezas. Algunos sostienen que el niño murió junto a su abuelo. Otros, en tanto, aclaran que nunca existió.
Varios psicólogos de la época explicaron que los rescatistas, los primeros que aseguraron haber escuchado los supuestos golpes de “Monchito”, habían sufrido un caso de “psicosis colectiva”, producto del trauma generado por el terremoto.
En las últimas horas se hizo un paralelismo de este caso con el de “Frida Sofía”.
Un miembro de la Marina mexicana aseguró haber tomado contacto con la niña, quien presuntamente se encontraba entre los escombros.
En un primer momento se divulgó que su nombre era Frida. No obstante, lo curioso era que las autoridades del Colegio Rébsamen no tenían en su lista de alumnos a una niña con ese nombre. Al mismo tiempo, tampoco se acercaron sus supuestos padres a reclamar su aparición con vida.
Lo que en un momento fue esperanza por encontrar una vida más, con el correr de las horas las nuevas informaciones solo aportaban más confusión. Hasta este jueves, cuando Enrique Sarmiento Beltrán, subsecretario de la Marina, se paró frente a los medios y aseguró que “Frida no existe. Hay indicios de que posiblemente haya una persona con vida todavía. En fotografías hay rastros de sangre como si se hubiera arrastrado”.