Después del movimiento telúrico en México, el temor a un megaterremoto que golpee a otro país de América Latina cobra fuerza, fundado en parte en razones geográficas, pero exacerbado por comentarios y supuestos vaticinios que riegan las redes sociales.
A continuación, alguna información para aclarar el panorama y despejar dudas.
¿Se vienen más sismos?
Sí. Simplemente por la ubicación geográfica. “California, México, la costa de Guatemala, sumado a Ecuador, Colombia, Perú y Chile, se encuentran en el cinturón de fuego del Pacífico. Somos países altamente sísmicos. Pueden ocurrir en cualquier parte, en diferentes magnitudes y niveles de profundidad”, dijo a la prensa el jefe del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera.
En ese cinturón de fuego, que en América va desde Alaska hasta Chile, las placas marinas y las terrestres convergen y friccionan.
“Los terremotos son un proceso totalmente impredecible”, dice a la AFP el geólogo Patricio Valderrama, experto en desastres naturales. Y advierte: “Muchas de las versiones que se difunden (en redes sociales, sobre un inminente gran terremoto) no tienen el más mínimo asidero”.
¿Por qué son mortales?
“El terremoto no mata. La gente pierde la vida porque las estructuras colapsan porque han sido mal construidas o edificadas en suelos que no son adecuados”, agrega Tavera.
En el terremoto de 7,8 magnitud en Manta, Ecuador, en abril de 2016, el entonces presidente Rafael Correa dijo: “Muchos edificios se derrumban por mala construcción”.
La denominada “autoconstrucción”, sin supervisión profesional, es habitual en países de América Latina que han vivido en la pobreza por décadas y han crecido en la informalidad. En Lima, varias construcciones se han edificado en las laderas de los cerros o en terrenos arenosos, quedando vulnerables ante un sismo potente.
Según los cálculos que maneja el Instituto Nacional de Defensa Civil de Perú cada vez que se hace simulacros, un terremoto de 8 grados con epicentro en Lima podría matar a más de 50.000 personas.
Según dijo a radio RPP José Arispe, exdecano del colegio de Arquitectos del Perú, “el 80% de Lima sufriría por la formalidad y por las pocas garantías que tenemos en las nuevas edificaciones”.
¿Qué hacer?
“Falta cultura de prevención”, dice a la AFP el geólogo Valderrama. Es habitual que después de grandes eventos sísmicos los países de la región activen sus simulacros de evacuación y repasen sus protocolos. Pero hay temas que requieren resolverse en el largo plazo, como las edificaciones.
A ello se suma la antigüedad del casco urbano de algunas ciudades, con construcciones coloniales sin mantenimiento.
Las fallas geológicas
“Los grandes sismos en América Latina son por subducción, es decir, choque de (las) placas” tectónicas marinas con las terrestres, explica Valderrama.
También están las fallas geológicas. “La cordillera de los Andes se levanta constantemente, crece 6 cm al año. Eso genera pequeños bolsones de energía que cuando se liberan crean una falla geológica”, detalla. La falla geológica es una grieta en la tierra.
Chile es un país ejemplar en materia de construcciones antisísmicas y ha soportado recientes terremotos por encima de los ocho grados. Actualmente mantiene bajo observación la falla de San Ramón, una grieta de 30 km de ancho que está activa (se mueve) y, de tener un desplazamiento brusco, puede arrasar Santiago.
“Podría ser en los próximos minutos o podría ser en cosa de los próximos 100 o 1.000 años”, dijo en agosto a la AFP el geólogo Gabriel Vargas.
Recientemente, en el sector de Matucana, Perú, la activación de una falla geológica desató una veintena de sismos en un sólo día, leves y con pocos daños.
por Luis Jaime CISNEROS / Moises AVILA/AFP