Fue una pesadilla. Se sumergió en el mar y apenas llegó a nadar unos metros, hasta que sintió un intenso dolor en el abdomen. Cuando bajó la mirada se dio cuenta de que un tiburón nodriza lo estaba mordiendo y no parecía dispuesto a soltarlo, reseña InfoBae.
Ervin Maccarty se desesperó. La distancia que lo separaba de su lancha, que estaba a algunos kilómetros de la costa de Marathon City, Florida, le resultaba un abismo.
La herida no terminó resultando tan grave, aunque fue muy dolorosa. El pez fue devuelto al mar, donde probablemente murió producto de los cortes que recibió.