En medio de una Venezuela que se cae a pedazos, vemos también con preocupación los acontecimientos que sacuden a la madre patria. Vivimos en un país que se moldeó con la mezcla del indio, del negro y del español. Compartimos la religión, el idioma y buena parte de la cultura. Lamentamos que en los últimos días los divisionistas ganen terreno, al transformarse en víctimas de una represión ordenada por el poder judicial para hacer respetar sus sentencias. La violencia de los secesionistas generó que las fuerzas del orden tuvieran que emplearse a fondo. De cualquier manera estuvieron muy lejos de los excesos cometidos en Venezuela, donde los acontecimientos dejaron más de ciento veinte muertos, miles de heridos y cinco mil trescientos detenidos de manera arbitraria según el “Foro Penal”. Para colmo Maduro sin ningún tipo de legitimidad criticó el uso de la policía española.
Nada en la historia justifica la partición de España, conformada por diversos reinos, principados y feudos que se fueron incorporando y hoy se llaman autonomías. Entre los más importantes los de Castilla y Aragón. El primero absorbió a León y el segundo a Cataluña como condado. A Barcelona la denominan ciudad condal debido a que fue gobernada por condes.
El artículo dos de la Constitución Española es muy claro, preserva por encima de todo la integridad e indivisibilidad de la nación ibérica. Lo mismo hace el artículo trece de nuestra Constitución de 1999 al señalar: “El territorio nacional no podrá ser jamás cedido, traspasado, arrendado, ni en forma alguna enajenado, ni aún temporal o parcialmente…”. En este mismo sentido, la Carta Magna española le da en los artículos 155, 116 y 8 progresivamente amplias potestades al gobierno nacional para actuar y restablecer la Constitución violentada. Si “la generalitat” declara la independencia y continua en la vía de violentar principios fundamentales del “Estado de Derecho” sus principales líderes no solo serán suspendidos de sus cargos e inhabilitados sino que no nos extrañe verlos tras las rejas. El reto es parar la insubordinación, pero también la victimización. Ojalá se pueda por el camino razonado, negociado y pacífico. El único apoyo internacional que tienen los divisionistas es el de Maduro.
Nada justifica la división de España y Europa. Un país que fue el primero en consolidarse como estado nación no debería ser sujeto de la agresión de sus mismos ciudadanos. El mal ejemplo podría ser seguido por los vascos, los gallegos, los andaluces, los isleños o canarios. La Unión Europea ya ha dicho que no se integraría con ningún territorio escindido.
En la unión está la fuerza. Los europeos declinaron por las pugnas entre las distintas naciones. Ante las amenazas de Rusia, Asia y el crecimiento demográfico del mundo musulmán necesitamos un occidente cada vez más unido en relaciones ganar ganar. Por ello, el régimen de Maduro también es inviable. Significa una punta de playa para la influencia pretendida por Putin y la expansión de China.
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@OscarArnal