Coloquios confidenciales señalaban la altísima posibilidad de un empate técnico entre las fuerzas políticas que polarizan el espectro electoral venezolano. Ni al oficialismo/PSUV ni a la oposición/MUD les convenía deslegitimar a su adversario. No lo cuentan -a pesar de algunas más bien burlescas revelaciones, como parte de una estrategia política- ni lo reconocen, pero llevan demasiado tiempo en eso.
Permitiría una atmósfera de balance que les permitiría continuar negociando sin intromisiones de sectores transparentes y comprometidos con el interés ciudadano, llamados radicales, guerreros del teclado, pagados por el G2 cubano y otros descalificativos; estarían en libertad -como hasta ahora- de pactar a escondidas y en secreto, decidir a conveniencia sobre el resto de las elecciones, sin contar ni tomar en cuenta el futuro de un país que con escepticismo sueña expectante. Como se evidencia, de la inmensa cantidad de venezolanos que quieren escapar, y no es difícil entender por qué.
Entre trampas y ajustes fraudulentos un poder electoral nada confiable, cualquier cosa podría pasar, incluso que alguno de los dos grupos deje el otro en el estero, a juzgar por aquello de ocupar espacios. El oficialismo no quiere perderlos, y los partidos de lo que va quedando de la MUD quieren aumentarlos. A ninguno le conviene, porque quien apenas gane unas muy pocas gobernaciones prácticamente sale del escenario político, y en cambio un arrase es muy poco lo que podrá resolver en medio del lodazal económico en el cual se ahoga Venezuela. Pero las oportunidades las pintan calvas, el psuv se percató de la falta de testigos en más de un 30% y decidieron sorprender en Miranda, Carabobo y Lara.
Lo que se ha visto hasta ahora indica que cada cual exigirá retener determinadas gobernaciones “simbólicas”, lo demás puede repartirse, Con alguna ventaja para el Gobierno. Lo que beneficiará enormemente al castro madurismo, que se alzaría con la bandera de la democracia dejando sin argumentos a líderes, organismos internacionales y voceros que han asegurado a gritos una y otra vez que en Venezuela hay una dictadura. El oficialismo con razón afirma que “Hoy triunfó la democracia en el país”.
La oposición quedará debilitada y fracturada, se conformará con migajas y perderá definitivamente la confianza y capacidad de aglutinar la calle, consolidándose en una pequeña sección de poder y con una mayor capacidad de negociación en sentido negativo y para nada positivo, será solo el cogollo de la MUD dándole la espalda a los ciudadanos. Forzar y fortalecer a contramano un bipartidismo que con mucho esfuerzo alcanza el 60% de simpatías y que pretende representar al 100% de un país cuando el 40% los rechaza y en gran porcentaje repudia.
Unos lo afirman, otros lo ocultan, pero de que negocian, negocian. Se dobla para no quebrarse.
Venezuela está en caos y a pocos parece importar. Su ruina económica eclipsa cualquier otra de la historia de Europa Occidental, América Latina y del imperio -Estados Unidos- que tanto critican de la boca hacia afuera pero que disfrutan a placer.
El Gobierno sigue arruinando al país, la oposición/mud se preocupa por obtener las gobernaciones que el régimen le permita de acuerdo a lo que piensen La Habana y el PSUV que les convengan abandonar. Es lo que negocian, consolidar la apariencia de equilibrio, dejarle espacios a la oposición para que puedan sostener y financiar sus organizaciones, que los ciudadanos crean que algo se ha ganado después de las protestas, presos y muertos, ligaditos correrán la sangrienta y empobrecida arruga hasta las presidenciales de 2018, si es que para entonces no acuerdan distinto.
Así están las cosas, mientras la economía cae en todos los sectores, al mismo tiempo que crece como la verdadera mecha de estallido. ¡Los tiempos políticos no son los mismo de hambre!
La gran incógnita a considerar con inteligencia, es si la gente aguanta hambre, escases, necesidades y padecimientos además de los negocios del poder, en los cuales sinvergüenzas, bandidos y hampones asaltan sin piedad ni misericordia el tesoro nacional y se lo restriegan sin recato ni pudor al 90% de la población pobres que pasan miserias y privaciones.
Al final lo peligroso es que las limosnas y el control político han sido eficientes. Con la gravedad insólita que, a pesar de la inmensa crisis, sectores opositores no logran revertirlo, convencer y conquistar electores, al contrario, continúan practicando y utilizando los mismos métodos del tan criticado oficialismo. La ofensa, amedrentar, imponer, amenazar, el agravio de los calificativos negativos e insultantes y los etcéteras de rigor. Eso sí es grave???.
El irrespeto y engaño cuando el 16J se celebró un plebiscito, organizado por la Asamblea Nacional, en la cual la oposición demostró su fuerza, no sirvió de nada, sus convocantes lo ignoraron con desprecio, importándoles muy poco lo que los ciudadanos decidimos y más, ordenamos a nuestros representantes hacer.
El ataque inmisericorde del gobierno contra la libertad y la democracia está alertando la atención internacional. Sin embargo, las elecciones fraudulentas en la que le mostramos al mundo, lo pendejos q fuimos al sacrificar 130 vidas o más, al seguirle el juego al régimen dictatorial cuando la oposición/MUD decidió contra todo participar, mermaran sin duda ese gran apoyo internacional. ¡Se le lavó la cara al régimen y la ayuda internacional puede disiparse!
Pero los problemas de Venezuela no son solo de índole política. Abordar la extraordinaria catástrofe económica que ha causado el gobierno también va a requerir el apoyo concertado de la comunidad internacional.
Los resultados -tramposos- pronunciados por el Poder Electoral confirman que la MUD dejo de ser útil al régimen. La igualdad en la proporción convino un tiempo -el necesario- de cara al universo político internacional, y sin duda para el interno. Ahora es desechada cual preservativo. Están deslegitimados y, en consecuencia, ya no son reconocidos. Los pactos secretos y trapos sucios se cosen a escondidas. Los estallidos, ni se conversan ni se anuncian.
@ArmandoMartini