El país navega en aguas turbulentas, por Luis Velázquez Alvaray

El país navega en aguas turbulentas, por Luis Velázquez Alvaray

Luis-Velasquez-AlvaraySon suficientes los comentarios sobre lo acontecido en un proceso electoral funambulesco, lo que es lo mismo, extravagante, grosero.

Lo peor es todo lo que se ha guardado bajo las alfombras y comenzará a aflorar en los próximos momentos-país.
Venancham, la cámara Venezolano Americana de comercio e industria, organización no gubernamental, que asocia a más de mil empresas, en su última reunión presenta un cuadro que me atrevo a calificar de dantesco y que vislumbra un panorama gris intenso para todos los sectores sociales venezolanos.

No otra cosa puede deducirse de las estimaciones que presentan: una inflación mensual del 36 por ciento, que cerraría el 2007 con record mundial: 1400 por ciento anual.





El tipo de cambio, en una economía que no produce ni gasolina, se estima que cerrará el año en 40 mil bolívares por dólar. Vaya usted a saber cómo se puede subsistir así.

El abrazo de fin de año será con un déficit del producto interno bruto de 15 puntos. Se acerca el fantasma de la estanflación, es decir, la suma de recesión y elevada inflación.
Este desbarajuste jamás imaginado, indica que el caballo de la inflación galopará en 2018 al 3500 por ciento y que el dólar alcanzara la astronómica cifra de 624000 bolívares.

Mientras la economía Venezolana se deshace, como hoja de papel en el mar, el gobierno solo se dedica a decretar aumentos salariales, sin ningún tipo de estudio, generando mayores problemas a la población empobrecida, ya que esta errática política nada soluciona, al contrario, despierta los diablos de la inflación y el desabastecimiento.
Con los análisis de Venencham coinciden todos los expertos, el fondo monetario internacional, el banco mundial, quienes han alertado además, que estamos al borde de una suspensión de pagos o default.

La hambruna se cierne sobre el país, no hay ni para cartillas de racionamiento, con gobernantes pendientes de enriquecerse y además ignorantes en todo, menos en el desmantelamiento de lo poco que queda y en perfeccionar la delincuencia organizada.