En este mar de incoherencias y aprovechando las discrepancias que están en el tapete publico se anuncia que la elección de los alcaldes será el próximo diez de diciembre del año en curso; aun estamos bajo los efectos “irreversibles” del C.N.E brazo ejecutar del régimen, quien sin ningún escrúpulo es capaz de todo con tal de garantizar el poder.
Los comentarios y decires convergen en una maniobra bien diseñada que se origina en el año 2002 cuando metieron mano al R.E.P y los electores migrantes entraron en escena. En México el PRI, era una caja negra electoral durante setenta años hasta que se abrió dicha caja y se estableció que en los cuadernos electorales apareciera la imagen del elector. Si aquí se abriera la caja negra del C.N.E veríamos los votantes carnetizados con las distintas denominaciones populistas y patrioteras, ellos son los que legitiman el poder electoral en Venezuela.
En esta nueva jornada electoral consejeros venidos de de la región central, negociadores de oficio y algunos nativos “que ligan con lo que le pongan porque les sobra sabor” apuestan que el candidato a escoger es aquel que garantiza la mayoritaria votación del entorno en que se mueve felizmente. En nombre de los Corianos de Coro, pregunto ¿Ésta ciudad patrimonio de la humanidad va nuevamente al patíbulo de la incongruencia entre la desfachatez y la incompetencia? ¿La ciudad raíz de Venezuela con vocación de “primeridad”, es decir, primera en todo desde su nacimiento destroza su nombradía en manos ineficientes y conductores que con descaro la esquilman y empobrecen?
Coro merece una conducción excelente, gerencia digna que sea el testimonio de una vida decente y honesta que se refleja en actitudes respetuosas y honorables porque Coro merece un mejor destino, está abandonada a la locura y el desenfreno, al basurero reflejado en sus calles rotas, avenida oscuras, vecindarios con ríos de aguas negras; la han convertido en una ranchería buhonera que paga peaje y tiene el camino expedito para hacer lo que quiera. Construcciones que no siguen el ordenamiento legal pero que con influencia logran permisos y canonjías. La chabacanería, el mal gusto campea y le resta a la ciudad su prestancia rectora en el concierto de las ciudades con historia y solera del mundo.
Es hora de tomar conciencia, ha de ir a presidir “la muy noble y leal ciudad de Coro” como reza su escudo raigal, un coriano digno, decente con sentido común y lógica que nos dé la lección recta de su propia vida, gerente de la seriedad, la moral y el respeto, sin escandalizantes procederes, que nos represente a todos, los que votemos por él y los que no, porque somos Corianos y nos duele.
Este pueblo nuestro tiene que encenderse por dentro y librar la batalla contra la miseria, los miserables y la orfandad, el descuido y la ignorancia, contra la invasión silenciosa que nos impone lo que no es justo ni provechoso ni representativo para los Corianos, que nos ha llevado al atraso. El espíritu y la mente han de nutrirse de aspiraciones elevadas y excelentes, no de pedestres circunstancias populistas.
Es necesario despertar la fuerza vital de la ciudad, volver por sus fueros. Coro no se arrodilla, ni se tuerce, no desfallece ante audaces pretendientes que sin escrúpulos la manosean y gozan.