Los neoyorquinos demostraban este domingo su voluntad de resistir a las amenazas terroristas durante la más célebre maratón del mundo, que se corría bajo estrictas medidas de seguridad, cinco días después del primer atentado mortal en esta ciudad desde el 11 de septiembre de 2001.
Más de 50.000 participantes, llegados desde todos los rincones de Estados Unidos y del mundo entero, así como 2,5 millones de espectadores, llenaban las calles de Nueva York para la maratón que tiene partidas escalonadas y comenzó con la salida de las mujeres élite a las 14H20 GMT.
Los hombres élite partieron media hora después, en medio de un clima frío y nublado.
El alcalde Bill de Blasio había dicho el miércoles que no suspendería la carrera, un día después de que un atentado yihadista dejara ocho muertos y 12 heridos en Manhattan, no lejos del memorial en homenaje a las víctimas del 11 de septiembre.
“Esperamos con impaciencia la maratón del domingo”, dijo. “Habrá protección, como siempre la hay, y vamos a tomar medidas suplementarias de seguridad”, afirmó.
La ciudad aumentó la protección para la carrera, estacionando más camiones de arena cerca de la ruta para prevenir ataques con vehículos, posicionando a más policías en los techos y desplegando más unidades anti-francotiradores.
También hay policías de civil mezclados entre los espectadores.
El presidente Donald Trump insistió en una entrevista emitida este domingo que Estados Unidos nunca aceptará el terrorismo como algo inevitable.
“No podemos solo decir ‘Oh, esto va a ocurrir, acostumbrémonos a ello’. No podemos permitir que ocurra”, dijo en el programa televisivo Full Measure. “Puedo decir que la administración Trump se está haciendo dura, cada vez más dura”, aseguró.
La seguridad ya había tenido que ser reforzada en 2013, luego del atentado contra la maratón de Boston, otra ciudad de la costa este de Estados Unidos, donde dos jóvenes chechenos hicieron estallar dos bombas artesanales cerca de la meta, dejando tres muertos y más de 250 heridos entre los espectadores.
El martes pasado, en Nueva York, el uzbeko Sayfullo Saipov embistió con una camioneta de alquiler a ciclistas y peatones en una ciclovía de Manhattan. El hombre de 29 años dijo pertenecer al grupo yihadista Estado Islámico, que reivindicó el atentado, y afirmó haber elegido el día de Halloween “para estar seguro de que habría mucha gente en las calles”.
– Una “ciudad resiliente” –
Para los grandes nombres del atletismo estadounidense, correr este domingo, pasando por Brooklyn o Central Park, les permite mostrar que la “Gran Manzana” es “una ciudad resiliente”, según palabras de Meb Keflezighi. “Queremos ser un ejemplo”, señaló quien a los 42 años pondrá fin a su carrera luego de participar en esta maratón.
“Por supuesto, disputaremos esta carrera con sentimientos divididos. Podemos estar inquietos, pero yo estoy inquieto antes de cada carrera desde 2014 y desde que alguien se lanzó” sobre el brasileño Vanderlei de Lima cuando iba al frente de la maratón en los Juegos Olímpicos de Atenas, añadió el vencedor de la edición 2009 de la carrera neoyorquina y vicecampeón olímpico en 2004.
Su compatriota Shalane Flanagan, cuando se enteró del ataque del martes, pensó inmediatamente en la maratón de Boston.
“Reviví enseguida el atentado de 2013. Yo recién había terminado mi carrera cuando tuvo lugar (…) Es terrible y muy inquietante”, subrayó la subcampeona olímpica de 2008 en los 10.000 metros.
“Pero estoy 100% segura de que somos una nación muy resiliente, no hay mucha gente más fuerte que los neoyorquinos”, añadió Flanagan. “Es una ocasión de mostrar resiliencia, fuerza y solidaridad para ayudar a aquellos que han sido golpeados para estar mejor”.
Los vencedores de la edición 2016, el eritreo Ghirmay Ghebreslassie y la keniana Mary Keitany, estaban en la partida este domingo.
Ghebreslassie lucha con el keniano Wilson Kipsang, vencedor de la prueba en 2014 y exposeedor del récord del mundo, mientras que Keitany buscará obtener su cuarta victoria consecutiva en esta maratón.
AFP
Foto Reuters