Familiares de las dos últimas víctimas de la matanza de Texas sin identificar desvelaron hoy la pérdida de sus seres queridos en el tiroteo masivo que tuvo lugar este domingo en una iglesia baptista de Sutherland Springs (Texas, EE.UU.), en el que murieron 26 personas y 20 resultaron heridas.
EFE
Keith Barden, un veterano del ejército estadounidense de 62 años, que recientemente había superado un cáncer, fue asesinado por Devin Kelley, de 26 años, en el templo First Baptist Church, según confirmó hoy su hermano Bruce a The Dallas Morning News.
Bruce explicó además que la mujer de Keith, Deborah, y su nieta también recibieron disparos en la iglesia, aunque las dos sobrevivieron al ataque.
Peggy Warden, de 56 años, murió en el templo después de proteger del impacto de balas a su nieto de 18 años, Zachary Poston, que sobrevivió al tiroteo a pesar de recibir seis balazos, informó hoy la cadena local de televisión News 4 San Antonio.
El hermano de Peggy dijo a este medio que su hermana “pasó toda su vida trabajando en la iglesia, sirviendo a los demás”.
Annabelle Pomeroy, una adolescente de 14 años e hija del pastor de la parroquia atacada, Frank Pomeroy, fue la primera víctima del ataque confirmada por su propio padre, que este domingo se encontraba de viaje con su esposa en el estado vecino de Oklahoma.
La tragedia se cebó especialmente con la familia Holcombe, residente en Sutherland Springs, que perdió a ocho de sus integrantes de tres generaciones distintas -incluyendo una mujer embarazada y tres niños-, que como cada domingo habían ido al oficio religioso.
Tara McNulty, una amiga cercana de esta familia, también fue asesinada.
Entre los feligreses fallecidos están también la ahijada de 13 años de Amanda Mosel, una vecina que este fin de semana no pudo acudir a misa, Lula Woicinski, abuela de la esposa del tirador y voluntaria de la iglesia, y Haley Krueger, una adolescente de 16 años.
Dennis Johnson, de 77 años, y su mujer Sara, de 68, miembros habituales de la iglesia, también murieron en el ataque, según dijo su hija Kati a los medios.
De la familia Ward murieron tres integrantes -Joann, de 30 años, y sus hijos Brooke, de 5, y Emily, de 7-.
Los matrimonios integrados por Richard y Teresa Rodríguez, Robert y Shani Corrigan, y Robert y Karen Marshall, completan la lista negra de víctimas mortales del mayor tiroteo de la historia de Texas y el quinto de Estados Unidos.
El rango de edad de las personas fallecidas, que va desde los 17 meses hasta los 77 años, hace evidente que el asaltante trató de hacer el mayor daño posible sin tener piedad de ninguno de los asistentes a la misa que en esos momentos se oficiaba en el templo. EFE