La situación del ejército Venezolano es un verdadero desastre. Los cuarteles son un infierno, reflejo de un país vuelto leña por este grupo de forajidos que nos gobierna.
Lo de la Fuerza Armada no es un invento. El “Miami Herald”, tiene en su poder una comunicación del Fiscal Militar, General de Brigada Edgard José Rojas Borges, donde expresa la situación dantesca que se vive en el 90 por ciento de los cuarteles. Muy distinta, por supuesto a la élite vagabunda, enriquecida saqueando las instituciones que dirigen, la mayoría Generales de pacotilla, ladrones y sinvergüenzas.
Sucede que la tropa y oficialidad media, es víctima diariamente de robos, abusos de autoridad, mala alimentación, lo cual incrementa el índice de deserciones, ya que nadie atiende estos problemas, porque los Generales está muy ocupados en su operación saqueo.
La tropa alistada sufre abusos permanentes, según dice el General, que ocupa el alto cargo de Fiscal Militar, lo que supone la veracidad de sus graves afirmaciones.
El proceso de descomposición es inocultable, aunque los altos mandos y el propio Comandante en Jefe, se hagan los locos y ni siquiera atiendan a la autoridad que hace el llamado, con pruebas en la mano, que el mencionado diario tiene en su poder.
Los soldados literalmente está pasando hambre y solo les llega miseria, lo que ha incrementado los procesos delictivos en la propia estructura de la Fuerza Armada. Los puntos de control militar son alcabalas para el soborno, el robo y toda clase de delitos. Son puntos de infierno.
Los peajes son eficaces para el matraqueo, a decir del Fiscal, que subraya la fuerte corrupción, la desidia y la anarquía. ¿Qué Fuerza Armada Nacional Bolivariana le estamos dejando al país?, se pregunta el General, sin encontrar respuesta. Lo que abundan son actos sin control, son tropas sin rumbo, sin futuro que ruedan hacia” un abismo, están carcomidas las bases de la disciplina”.(sic).
Las averiguaciones masivas terminan en nada. Los encargados de aplicar sanciones, temen que los acusados comiencen a denunciar a los altos oficiales, cuyo rabo de paja comienza en fuerte Tiuna y pasa por toda estructura militar Bolivariana, sin valores y sin principios, a los que les conviene la impunidad y señala ejemplos y como los acusados son “colocados en puestos de relevancia, lo que estimula la continuidad de los delitos”.
Estas afirmaciones ni las hago yo, ni tampoco la oposición que está muy ocupada en otras cosas. Lo que si es cierto, es que merecen investigarse para que la gran mayoría de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, piense alguna vez que los honestos y los que sufren son la mayoría y que ya es hora de despertar, no solo por ellos, sino por toda la patria.