Juan José Moreno A: Los verdaderos escenarios de la guerra asimétrica

Juan José Moreno A: Los verdaderos escenarios de la guerra asimétrica

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La expresión “la ignorancia se paga” de un radioescucha que, a través de un programa matutino de gran sintonía en el país comentaba el precio de lo que es permanecer a espaldas de la realidad, nos llamó poderosamente la atención. Porque cuánta verdad puede caber en esa frase aparentemente vacía que, al detenernos a pensar, revela un enorme contenido el cual nos permitiría entender las razones de la grave crisis que hoy padece nuestro pueblo.

La persona se refería a aquellos momentos cuando el entonces presidente Chávez expresaba su sentenciadora frase “exprópiese” ante un público que delirante repetía: ¡Así, así, así es que se gobierna!, cuando les arrebataban a sus propietarios sus fincas o sus industrias. Y se preguntaba el mismo oyente, ¿dónde estarán en estos momentos esas personas, acaso no estarán formando parte muchas de ellas del ejército de desempleados o de buscadores de alimentos en la basura creados por el régimen a lo largo de estos larguísimos años?





Nadie, con un mínimo de entendimiento o de pié sobre la tierra, puede dudar que allí, en ese primer escenario montado ante un público cautivo, estuvo el origen de lo que constituye la verdadera “guerra económica” que pregonan como ajena los voceros del nefasto régimen que hoy padecemos. Y fue precisamente a partir de esos tinglados montados en los más variados puntos del país adonde fueron conducidos los incautos hombres y mujeres de nuestro querido pueblo, donde comenzó a desarrollar la dirigencia del chavismo sus manipuladores planes para el engaño y masificación de una sociedad que ya comenzaba a presentar sus primeros síntomas de hambre y desatención de sus más elementales necesidades.

Desde entonces, las técnicas de manipulación en esa verdadera guerra asimétrica, se han perfeccionado y sofisticado, llevadas a distintos campos de “batalla”, al punto de desviar la atención de una gran porción de la población sobre el verdadero origen y dimensión de la crisis general que actualmente sufre la población. Esa parte del país, que no logra asimilar, que las verdaderas causas de la situación de casi hambruna que sufren todos los venezolanos radica en el hecho cierto de que nunca contó el chavismo, como hoy el madurismo, de gente realmente formada para administrar un Estado, ni con la condición ética requerida para esa función; tampoco que el inmenso caudal de divisas proveniente de las ventas del petróleos fue dilapidada y, en muchos casos, simplemente robado y el país endeudado precisamente en la ápoca de mayor ingreso por las exportaciones del crudo; como tampoco que, en lugar de aprovechar esos recursos para fomentar la producción de bienes y servicios, se repartió el dinero a manos llenas en ensayos fracasados como las llamadas cooperativas y otras formas populistas de hacer creer que se repartía la riqueza con el pueblo. Esa parte del país, que menos entiende hoy, el riesgo que corre la nación de caer en un atraso de pago de esa mil millonaria deuda ilegal y nociva con países a los que se benefició principalmente con la compra de armas supuestamente destinadas a “defendernos del imperialismo yanqui”, mientras se entregaba el país a nuestros nuevos amos rusos, chinos y cubanos.

Pero esa parte del país, no es nuestro enemiga, es nuestra propia gente que ha venido soportando al igual o peor de quienes han estado conscientes de la situación, las consecuencias de esa manipulación gubernamental que hoy logra profundizar la división entre los venezolanos, para lograr apartarnos de las lucha que debe librar el pueblo por el rescate de sus libertades, de su institucionalidad y su democracia.

Y es por eso que hoy, el llamado debe ser a que, lejos de ceder y ser “arriados” como ovejas obedientes por los caminos a los que nos induce a seguir el régimen a través de su incesante y abusivo bombardeo propagandístico con el que tratan de confundirnos y engañarnos, nos dispongamos a discernir sobre las realidades del momento, buscar las fuentes de información verdaderamente confiables. Entender que existe todo un aparataje que se expresa a través de los diversos medios de comunicación, cuyo espectro aumenta aceleradamente mientras reducen drásticamente aquellos que realmente orientan con la verdad; que todo lo que emane de poderes ilegítimamente constituidos, como en el caso de esos auténticos escenarios de la guerra contra la población (Asamblea Constituyente, TSJ y CNE) deben ser desconocidos, y que hacerles el juego se traduciría, simple y sencillamente, en prolongar la agonía del pueblo.

@JJMorenoA