La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) publicó el martes de la semana pasada el último informe sobre la perspectiva mundial del petróleo, “World Oil Outlook 2017 (WOO)”, en el cual pronostica que la revolución del “fracking” impulsará el crecimiento de la producción mundial en los próximos 5 años.
La recuperación del precio del petróleo, el crecimiento de la demanda y una mayor actividad exploración, perforación y producción (aguas arriba) generarán este crecimiento hasta el 2022. Sobretodo en los Estados Unidos donde la producción de lutitas aumentará de 5,1 millones de barriles por día (bpd) en 2017 a 7,5 millones bpd para 2021 y 8,9 millones bpd en 2025. En 7 años EE.UU. incorporará al mercado petrolero mundial 3,8 millones bpd de crudos livianos.
Asimismo, la OPEP considera que la producción de hidrocarburos de lutitas proveniente de los Estados Unidos Canadá, Rusia, y Argentina alcanzará su punto máximo en 2025. Durante el período 2017-2025, los países de la OPEP mantendrán una producción alrededor de 33 millones bpd. Una vez pasado éste lapso, es cuando los países de la OPEP aumentarán su participación en el mercado mundial de crudos y otros líquidos, al pasar de 40% en 2016 a 46% en 2040 (41,4 millones bpd).
Un hallazgo es que los crudos pesados y sintéticos, como los de la faja petrolífera del Orinoco, pierden espacio en el mercado petrolero mundial en los próximos 7 años. La oportunidad que representaron estos crudos en los primeros quince años del siglo XXI ha decrecido ante los bajos precios del petróleo en el trienio 2014-2017.
En el caso de Venezuela, el capital y la tecnología necesarios para el desarrollo de los crudos extrapesados fueron aportados durante 1990-2006 por las grandes empresas multinacionales de petróleo, Exxon, Conoco, Amoco, Total, BP, Repsol, Statoil, entre otras. Lo que permitió apuntalar a Venezuela como “el país con más oportunidades para convertirse en un polo energético orientado a la oferta de crudos pesados”.
En cuanto al pronóstico sobre la demanda mundial de petróleo, éste fue revisado al alza en el WOO 2017, alcanzando 102,3 millones bpd en 2022. Por encima de 95,4 millones bpd originalmente estimado en 2016. Las razones para el incremento son el fuerte consumo de los países en desarrollo y la extensión de la demanda en los países desarrollados hasta 2019. Según el último pronóstico, la demanda mundial de petróleo crecerá hasta 111,1 millones bpd en 2040 (caso base).
En el próximo quinquenio los países miembros de la OPEP incrementará el suministro de petróleo en 2,45%, equivalente a 800 mil bpd. Un incremento que proporcionará fundamentalmente Irán, Irak y Arabia Saudita. Mientras que la producción de lutitas en EE.UU. aumentará 76%. Y Brasil será el primer productor de crudo en América Latina.
Adicionalmente, la OPEP mantendrá la política de cuotas de producción durante este lustro para defender el precio del petróleo. En el caso base considera un precio promedio para la cesta OPEP de $55,50 en 2018, $65 en 2022, y $74,1 en 2025 -cuando el pico de la producción de lutitas se alcanza.
En cuanto a los crudos sintéticos, producto de las arenas bituminosas de Canadá y Venezuela, la OPEP estima un aumento de la producción de 600 mil bpd en Alberta, Canadá, durante 2017-2022, hasta alcanzar una producción de 2,8 millones de bpd al final del período. En lo que respecta a Venezuela, la producción de petróleo extrapesado se mantiene entre 800 a 900 mil bpd, similar a la producción alcanzada en la actualidad. Sin embargo, la OPEP prevé que Venezuela aumentará en 700 mil bpd la producción de crudo sintético en 2040.
Actualmente, Venezuela se encuentra inmersa en una profunda crisis económica y financiera que elimina toda posibilidad de explotación de las reservas de petróleo del país.
Si la producción de crudo reportada por las fuentes secundarias de la OPEP es extrapolada para los próximos 5 años con los pronósticos de WOO2017, se obtiene que PDVSA estará produciendo 1.200.000 bpd promedio año en 2022 -300 mil bpd producción propia y 900 mil bpd con las empresa mixtas.
En conclusión, Venezuela deja de ser un actor en el mercado petrolero mundial en el mediano plazo, según la OPEP.
Antonio de la Cruz
Director Ejecutivo de Inter American Trends @iatrends