Luego de conocerse la aprobación de algunos artículos de la Ley de Precios acordados por la Asamblea Nacional Constituyente, el analista José Antonio Gil Yepes, directivo de Datanálisis, manifestó que las medidas que el gobierno ha tomado en torno al tema económico son muy populistas y caen en la especulación.
Nota de Prensa
“A la especulación se le puede dar dos explicaciones: la socialista y la liberal. El socialista ve la especulación como una enfermedad que se manifiesta en un afán de lucro debido al egoísmo de los propietarios de las mercancías; y que no extraña que la respuesta sea alguna forma de castigo, como los controles de precios y sanciones a los especuladores”, señaló Gil Yepes.
Consideró que en muchas oportunidades, el remedio es peor que la enfermedad, y a su juicio es un poco de lo que ha venido sucediendo en el país. “Las medidas que el gobierno ha tomado en torno al tema económico, ha sido muy popular o populista. Los resultados han sido catastróficos, porque huyen los inversionistas, surge la escasez y se elevan más aún los precios. Sin embargo, no debemos suponer que quienes lo aplican sean ignorantes, todo lo contrario”.
En ese particular recalcó que el afán del régimen no es resolver la inflación ni el desabastecimiento ni la pobreza, sino concentrar el poder minimizando a los empresarios y sometiendo a los pobres a su voluntad mediante subsidios y propaganda, como la “Guerra Económica”.
“Este es el papel de la nueva Ley de Precios aprobada por la Constituyente: una provocación para que desaparezcan los productos, se inflen los precios en el mercado negro y hacer ver a los empresarios y bachaqueros como culpables para buscar votos en las elecciones de alcaldes”.
En contra posición, los liberales, ven la especulación como una gran oportunidad pues los altos precios atraen nuevos inversionistas que hacen crecer la oferta, aumentan la competencia y moderan los precios. “Para mi, esta es la clave de la solución, por más elevada que sea la especulación”.
Señaló que una variante de la solución anterior sería la centro democrática, donde las partes: productores, comerciantes, consumidores y gobernantes pueden sentarse a idear y negociar soluciones compartidas. “Esta intervención concertada tiende a ser recomendable en aquellas actividades económicas que, por su naturaleza, son monopólicas, como la distribución eléctrica, el transporte público, el agua potable y el gas por tubería”. Fueron las consideraciones del analista, José Antonio Gil Yepes.