Una turba quemó vivos a dos presuntos ladrones de vehículos en un poblado en el norte del departamento boliviano de La Paz, cerca de la frontera con Perú, informó este lunes una fuente judicial.
EFE
El suceso ocurrió el fin de semana en la localidad de Antaquilla, en la provincia paceña Franz Tamayo, explicó el fiscal Marco Vargas, según un reporte de la radio boliviana Fides.
“Los pobladores en cabildo determinaron quemar a dos presuntos ladrones de autos en la plaza del pueblo de acuerdo a una sentencia de su ‘justicia comunitaria’. También quemaron el automotor en que se trasladaban los presuntos delincuentes”, señaló Vargas.
Un grupo de policías y un fiscal intentaron impedir el delito, pero la turba los desalojó del lugar y los persiguió hasta un puesto militar cercano, donde buscaron refugio, según la versión de Vargas.
Agregó que solamente cuentan con el testimonio del encargado del puesto militar, puesto que hay un “pacto de silencio entre los pobladores de Antaquilla”, quienes rechazan la presencia policial o del Ministerio Público en el lugar.
Los casos de linchamientos son relativamente habituales en el área rural y algunos barrios periurbanos de Bolivia.
En ocasiones, quienes cometen los linchamientos se justifican por la “justicia comunitaria”, reconocida en la Constitución boliviana de 2009, pero las autoridades han explicado de forma reiterada que ese sistema judicial no admite castigos brutales ni la pena de muerte.
Tanto el Gobierno boliviano como organismos internacionales, entre ellos la ONU, han mostrado su preocupación por estos actos que la Policía no ha logrado frenar, ya que muchos tienen lugar en zonas rurales en las que apenas hay agentes que puedan enfrentarse a las muchedumbres furiosas.
La mayoría de estos casos queda en la impunidad o demora en aclararse debido al silencio pactado entre quienes cometen los linchamientos.