Los centros de evacuación y los hoteles de Bali, gran destino turístico en Indonesia, se llenaron de personas que buscaban refugio ante el riesgo de erupción del volcán Agung, que obligó a las autoridades a cerrar el aeropuerto internacional por segundo día, reseñó AFP.
Decenas de miles de habitantes atemorizados huyeron de sus casas en las inmediaciones del volcán y se unieron a los turistas desamparados que rastreaban un lugar donde dormir.
Las autoridades, que decretaron el nivel de alerta máxima, advirtieron que el volcán puede entrar en erupción en cualquier momento.
El monte Agung lanza desde hace días columnas de espeso humo gris y los aviones no podrán despegar hasta mañana.
“La probabilidad de una gran erupción es elevada pero podría tardar días o semanas antes de que se produzca”, advirtió David Pyle, profesor de Ciencias de la Tierra en la Universidad de Oxford.
Ya hay 40.000 personas fuera de la zona de peligro que están distribuidas en más de 200 centros de evacuación y se calcula que 100.000 habitantes tendrían que abandonar sus hogares.
“Las cenizas volcánicas son espesas y se elevan muy alto en el aire, hasta tres o cuatro kilómetros sobre el cráter”, declaró I Gede Suantika, miembro de la agencia volcánica indonesia.
Ayer se anularon 443 vuelos en el aeropuerto internacional de Denpasar, capital de la isla, y más de 120.000 viajeros están afectados.