Los crímenes infantiles abundan en la literatura de adultos y en la vida pero pocos resultan tan brutales como el cometido contra un niño de 11 años al que violaron, torturaron, descuartizaron vivo y sometieron a ritos satánicos. Ese fue el destino trágico de Mario Agustín Salto. Siete son los autores de la secuencia que terminó con su vida: una familia de la que formaba parte la directora de una escuela rural, su hijo, su marido, un hijo de éste más un campesino y otros dos vecinos, reseñó ABC.
Los sucesos se produjeron hace año y medio pero la detención completa del grupo (tres ya estaban presos) se conoció ahora. Todo pasó en la localidad de Quimilì en la paupérrima provincia De Santiago del Estero. El chico, Marito, como le conocían todos, fue el 31 de mayo a su casa en busca de la bicicleta y de su caña de pescar. Emprendió rumbo a la laguna que hay en los alrededores pero nunca llegaó a destino. En el camino fue interceptado por sus verdugos, gente que conocía porque en estas localidades todo se conocen. Al chico, tras someterle a una infinidad de suplicios le colgaron de la rama de un árbol con un alambre, trocearon su pequeño cuerpo y lo repartieron en bolsas de basuras.
Pasaban los meses y únicamente había tres detenidos en un caso que, pese a lo que considera la juez, algunos creen que puede no estar cerrado del todo. El presunto secuestrador, Rodolfo “Rody” Sequeira, David Tomás Sosa, un testigo aparente que luego se convirtió en partícipe necesario del crimen y Ramón altas “Burra” Salvatierra, campesino acusado de encubrimiento, eran hasta hace unos días los únicos entre rejas. El caso dio un vuelco esta semana gracias a la patrulla canina, la tenacidad de la Policía Federal y de otras provinciales y también a la decisión de la actual magistrada (hubo tres al frente de la causa judicial), Rosa Falco de Rainieri. Según ésta, los cinco nuevos detenidos cierran el cìrculo satánico. Se trata de la directora de la Escuela 1214 y docente del Profesorado Secundario para Adultos, Arminda Lucrecia Díaz (57 años), de su hijo Alfredo Daniel Albarracín (de 22), del marido de la maestra, Miguel Ángel Jiménez, de 58 y más conocido como “el brujo”, de un hijo suyo, Miguel Angel (de 23) y Pablo Ramírez, alías “el loco”, de 38 años.
Según publica el diario Clarín, la jueza declaró que hallaron “muchísimas evidencias” en la vivienda de la familia de la directora de la escuela y para mayor saña, se comprobó que “el brujo”, sin escrúpulos, hasta había participado de las manifestaciones para reclamar justicia por Marito. En su casa los perros descubrieron, en la parte posterior, un altar para realizar los ritos demoniacos.
Durante las pesquisas se requisó un cuchillo de la directora del colegio que podría haber sido utilizado para el descuartizar a Marito y se incautó un automóvil Fiat Palio en el que sospechan que trasladaron al niño hasta el altar de la casa de la maestra. “Gracias a Dios está todo resuelto, está cerrada el círculo, tenemos autores intelectuales, materiales… Hemos encontrado muchísimas evidencias que nos demuestran que Marito ha sido víctima de un crimen ritual”,zanjó la jueza. Los vecinos se dividen entre los que dudan y los que rezan para que esté en lo cierto.