La contratista tiene años propagando la tecnología del marxismo, ese manual que ha causado más muertes y miseria a la humanidad que cualquier guerra, catástrofe natural o pandemia. Tiene la estructura de una corporación cívico-militar para abarcar todos los ámbitos de los regímenes que demandan sus servicios.
El Castrismo es una multinacional de la miseria y la sumisión. Donde han llegado sólo han causado desolación, opresión, muertes y finalmente miseria. Angola, Chile, El Salvador, Honduras, Grenada son algunos ejemplos.
Venezuela paga la cuenta
Tal como Lula utilizó a Odebrecht como su transnacional de la corrupción, Hugo Chávez obtuvo en Fidel Castro los servicios que buscaba para certificar su gobierno malandro y amoral como una “revolución”. Castro se frotó las manos ante la ingenuidad de un teniente coronel que firmaba la chequera petrolera más poderosa del continente.
Y de inmediato, y desde entonces, una fuerza de ocupación, entre médicos, enfermeras, entrenadores deportivos, expertos agrarios, informáticos, militares, ingenieros, que en algún momento superó los 40 mil activistas, hacen las labores de control por cuenta del régimen, del también elegido por la contratista Castrista, Nicolás Maduro.
Se dió entonces el caso que un país rico contrató a uno pavoroso para que lo empobreciera hasta volverlo miserable. Se cuenta y no se cree, pero nuestra realidad reciente es un testimonio doloroso e irrepetible. Antier, el gobierno cubano anunciaba que tomaba el control del 49% de la participación de Venezuela en la refinería Cienfuegos por cobro de deudas. Maduro, el gran sumiso, le regaló patrimonio del pueblo venezolano al castrismo, mientras éste nos debe millardos de dólares por facturas petroleras impagas. Nunca nadie se había atrevido a tanto.
La mesa de ¿dialogantes, negociadores o colaboradores?
Mientras la contratista castrista diseñaba e instalaba mediante un monumental fraude una asamblea constituyente cubana, con el único objetivo de pulverizar la estructura republicana venezolana para sustituirla por la comunal cubana, se planteaba el objetivo de aniquilar la legitimidad del voto del venezolano mediante elecciones fraudulentas sucesivas.
¿Y cómo lograrlo? Mediante una mesa de “negociación”, donde precisamente se incluyan los aspectos electorales que nunca se van a conceder. Y otros, como ayuda humanitaria o liberación de rehenes que son DDHH no negociables. O unas sanciones que no dependen de nadie sentado en esa mesa en la cancillería
En hiperinflación, con escasez de medicinas y alimentos alarmante, con rehenes políticos, con el sistema Clap en marcha, con pocas posibilidades de un estallido social, la mesa de negociación equivale a una alcabala de la Guardia Nacional en medio de una desolada carretera en el llano venezolano: “Ciudadano, una “colaboración” para nosotros que los cuidamos, que estamos pendientes… pa’ los frescos, compadre”
El Premio Sájarov y los venecubanos
Y de ahí a youtube, porque las televisoras de Venezuela no transmitieron la entrega del Premio Sájarov, de la Unión Europea, a la oposición venezolana. Antonio Tajani, el presidente del Parlamento Europeo soltó frase hechas “Queremos que Venezuela regrese a la democracia” “El premio es para todos los venezolanos” “Al otorgar este Premio, defendemos las Constituciones, las instituciones, la separación de los poderes”
¿Defendemos? me pregunté
En su discurso de aceptación, Julio Borges dijo “En pleno siglo XXI los venezolanos resistimos y enfrentamos a un Estado totalitario, una segunda Cuba pero con las reservas de petróleo, gas y oro más grandes de occidente. Puedo asegurar que nosotros, al igual que ustedes hace décadas, estamos determinados a persistir y vencer esa perversa pretensión de colonizar la conciencia de cada venezolano”
Y agregó “Lejos de lo que desean quienes pretenden dominarnos no estamos llenos de odio y por ello comparto con ustedes lo que considero nuestro mayor triunfo: no guardamos rencor a quienes han hecho tanto daño”
Y es ahí donde comprendo que ya muchos venezolanos son cubanos: venecubanos. El Premio Sájarov me luce un amago para tapar la ética de la indiferencia europea, la misma que tienen con Cuba. Llegado el momento, vendrá la complicidad, la misma que tienen con Cuba, y luego el diálogo con el dictador y su pandilla, el mismo que tienen con Cuba. Vi en ese salón a muchos venezolanos exiliados, desgarrados en sufrimientos, como he visto por años a cubanos exiliados.
Julio Borges también dijo “La situación de Venezuela es difícil. Nos urge concretar un cambio político hacia la democracia para enfrentar la terrible crisis humanitaria, que apenas he podido describir aquí y caminar de forma decidida y unidos hacia el progreso. Así lo manifestamos en el reciente encuentro que tuvimos con la delegación del Gobierno venezolano en República Dominicana y que se dio gracias a la intermediación y veeduría de varios cancilleres latinoamericanos”
La contratista castrista le puso un tilde a su “check list”. Ya negocian su propia constitución vigente. ¡Viva la constituyente cubana!
Borges llegó a tiempo de Europa a una nueva reunión en República Dominicana. Ayer anunciaron que la “negociación” no había concluido en nada concreto.
El apuro de la contratista, y lo sabe
Lejos de los salones de la cancillería de República Dominicana se daba simultáneamente una protesta en los Valles del Tuy por falta de agua, tres delincuentes cayeron abatidos cuando intentaban un secuestro en Caracas, en San Cristóbal las colas para surtir gasolina alcanzaban kilómetros, en EEUU condenaban a un par de sobrinos de Cilia Flores a 18 años de cárcel por narcotráfico, en Guarenas se armaba un tumulto por falta de gas doméstico, eran detenidos por doble homicidio jefe de escoltas de Vielma Mora y detective del Cicpc por un “tumbe” de un millón de dólares, un reo falleció por desnutrición dentro de un calabozo en Puerto La Cruz…
Luego de 18 años, la contratista castrista no pudo fabricar la cantidad de venecubanos necesarios para garatizarle “paz” al régimen chavomadurista. Y menos puede ahora, y lo sabe.
Le queda solo la constituyente cubana y la mesa. Y unas Fuerzas Armadas venezolanas que nunca pudieron conquistar, pero si aplacar, por ahora.
Mientras Maduro se hace invisible en Venezuela -el pueblo lo detesta- y su pandilla sólo circula rodeados de escoltas, al mayor accionista de una empresa de alimentos lo vitoreaban en un juego de béisbol profesional en Caracas y le coreaban ¡Presidente! los asistentes.
El domingo pasado la abstención barrió en las elecciones municipales, a pesar del evidente fraude en los números de participación. Por supuesto, el oficialismo se llevó más del 90% de las alcaldías. El CNE ya es abiertamente fraudulento.
Estamos todos advertidos: Contratista castrista, dialogantes, élites, ciudadanos de a pié.
El país cruje…
@morandavid