Es difícil de afrontar para un niño que desde hace algunos años la Navidad ahora se celebre en un pasillo largo de paredes azules y blancas con señores vestidos de negro en las afueras de cada puerta, y no en casa como debería de ser. Eso es por lo que pasa el hijo de Ronny Navarro desde hace dos años, cuando su padre fue injustamente detenido por el Sebin.
Especial LaPatilla.com
Eledys Henríquez, pareja del preso político Ronny Navarro, relató en una entrevista a El Nacional Web que una de las cosas más difíciles por las que ha atravesado desde que fue detenido es “compartir nuestra Navidad dentro del Sebin, porque el niño Jesús entró al Helicoide”
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Ronny Navarro fue arrestado por protestar en un campamento instalado en la plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes el pasado 10 de mayo de 2014, acusándolo de agavillamiento y Obstrucción de Vías Públicas.
A Navarro se le impuso entonces un régimen de presentación periódica ante el Tribunal, el cual a pesar de cumplir cabalmente “no fue suficiente para el Sebin, porque sorpresivamente volvieron a arrestarme después”.
Y llegó el día que cambió la vida de Ronny. El 28 de junio de 2014, funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) lo detuvieron junto a Delibeth Briceño en el aeropuerto de Maiquetía, estado Vargas, cuando se dirigían al estado Zulia.
El Ministerio Público, en la audiencia de presentación esgrimió, sin pruebas -como cosa rara-, que el motivo por el cual Ronny Navarro viajaría a Maracaibo era que pretendía cruzar la frontera y dirigirse hacia Colombia.
Sus familiares han denunciado en reiteradas oportunidades que para el momento de la detención no existía orden de captura contra Navarro, pero aún, sin importar sus Derechos Humanos ni civiles, fue privado de su libertad y enviado al Helicoide.
Fue difícil imaginarse para Ronny que acabaría dentro de esas celdas de rejas negras, donde el sol no pega y las luces blancas no se apagan, donde lo único que lo mantiene vivo es el recuerdo y la esperanza.
La familia: Lo más preciado para los presos, la mejor arma de tortura para el Sebin
A Ronny lo quebraron psicológicamente desde que entró al Helicoide con lo más sagrado que posee una persona: su familia.
En varias oportunidades sus familiares han denunciado que los funcionarios del Sebin le leían pasajes del apocalipsis mientras le mostraban fotos de sus familiares, lo cual generó un cuadro depresivo del que hoy aún tiene secuelas que son difíciles de olvidar.
“El mayor sufrimiento es tener un hijo pequeño y no poder estar cerca de él. Que me venga a visitar tan chiquito y ver como me da la espalda cuando se va, me rompe el alma”, dijo Ronny disimulando el dolor con una sonrisa sin darse cuenta que el dolor se asomaba velozmente en su mirada.
El premio gordo de Rodríguez Torres y del Sebin
Ronny, al igual que Villca Fernández y de Renzo Prieto, es el preso de un funcionario “fuerte” del chavismo. Su esposa atribuye su encarcelamiento a Miguel Rodríguez Torres, ministro de la Defensa de entonces.
“¿Es que acaso estar en contra de un gobierno es delito? ¿Es que acaso pensar en libertad es motivo para sentenciar a una persona a más de 10 años de cárcel”, es lo que se pregunta cada preso político que termina en manos de los funcionarios del Sebin, de esas personas que ven la cabeza del perseguido como un juguete.
Navidad con sabor amargo
Ya las navidades para Ronny no saben a hallacas, pan de jamón y felicidad, porque desde hace tres años tienen un sabor amargo gracias a la injusta detención que lo llevó a estar “en las mazmorras del Sebin”.
Este año el Niño Jesús se traslada al Sebin para que Ronny le pueda dar un abrazo y algún regalito a su hijo de dos años. Este año, injustamente, Ronny vuelve a pasar nada más cinco horas de visita junto a su familia estas navidades.
Ronny hoy es un preso político más que el gobierno ignora, su familia extraña y que la democracia espera con ansias verlo en libertad. Y el mayor regalo que le podrían dar los venezolanos a todos los presos políticos es no olvidarlos y recordar que su lucha es por el país que todos queremos alcanzar.