El gobierno ha anunciado con bombos y platillos la creación de una criptomoneda denominada el Petro, cuyo respaldo está basado en el valor potencial de los recursos petroleros certificados, el oro, el diamante, etc., en sustitución del dólar y el euro como divisas en las transacciones financieras del gobierno con el resto del mundo. El bolívar como moneda de circulación nacional prácticamente ha desaparecido de las transacciones mercantiles, y es sustituido por las transferencias bancarias, que a la postre serán remplazadas por moneda encriptada. La medida de política monetaria esgrimida por el régimen tiene como fundamento luchar contra las sanciones económicas y políticas impuestas por los EEUU, Canadá y la CE, al naco Estado que funciona en Venezuela. En realidad la estrategia es desaparecer todo tipo de moneda y billetes en las transacciones nacionales e internacionales del país e imponer el dinero electrónico fiduciario.
Las criptomonedas son denominadas de esta forma porque están basadas en códigos criptográficos, encriptados (del griego, criptos, (oculto), y grafé, (escritura), textualmente (escritura oculta).
El Bitcoin es la más común de las monedas virtuales, sólo existe en la Web y se maneja a través de un sistema de pagos electrónicos encriptados sin necesidad de intermediarios. La dirección de Bitcoin indica quién posee la moneda digital. Es como un correo electrónico, que permite enviar muchos Bitcoins a la dirección escogida. Las criptomonedas son un dinero fiduciario sin ningún tipo de respaldo. El valor del dinero fiduciario se basa en la confianza de que otros lo acepten, como medio de pago, con la garantía de ser convertido después en dólares, euros u otras divisas. Son transacciones virtuales no controladas por ningún Estado ni Banco Central alguno, mucho menos por personas naturales o jurídicas, pues las transacciones son impersonales. Las monedas virtuales no tienen país de origen ni son emitidas por gobiernos, tampoco cuentan con un respaldo jurídico universal reconocido por las autoridades monetarias de los países. Son simplemente plataformas electrónicas que permiten hacer transacciones virtuales. Están descentralizadas, no dependen de un servidor, un banco o un país que regule su traslado y valor. Este tipo de transacción fiduciaria, que genera valor, es un desafío al poder político y económico de las naciones del mundo, que en principio amenaza la prerrogativa de los Bancos Centrales de los Estados Nacionales de acuñar monedas e imprimir billetes, como garantes monetarios de la actividad económica mundial.
El reporte anual de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos – DEA -, apunta que el Bitcoin se ha convertido en uno de los métodos más comunes para lavar dinero del narcotráfico alrededor del mundo. Dicho documento, divulgado por el Departamento de Justicia de los EEUU expresa, con preocupación, la forma en que el dinero virtual se está utilizando para facilitar el esquema delictivo mundial, mediante transacciones de dinero fiduciario en el comercio internacional. El documento señala que el narco tráfico de drogas ha tomado al dinero virtual como la forma más segura para las transacciones del narcotráfico, por su característica impersonal de anonimato y facilidad de uso, que hace más dificultosa la pesquisa de las transacciones y sus operadores.
El gobierno Chino ha decidido suspender las operaciones financieras con dinero virtual. Las autoridades del país asiático han ordenado el cierre de las casas de cambio de criptodivisas y solicitaron suspender las operaciones de las bolsas con Bitcoin.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha planteado los graves riesgos que representa el uso de criptomonedas para la economía mundial, y ha hecho un llamado a reflexionar sobre la experiencia internacional para regular la circulación de la moneda virtual en su país.
El proceso de lavado de dinero transcurre de la siguiente forma: las organizaciones narcotraficantes cambian el dinero de las ventas de narcóticos desde EEUU, Europa o Australia, a bitcoins, y luego los venden a casas de cambio en piases con escasas políticas de monitoreo sobre el control a sus clientes. La operación se completa cuando las casas de cambio venden y transforman el dinero virtual, obtenido de los traficantes, en billetes, dinero real. De esta manera los capos de las drogas son capaces de transferir millones de dólares de un país a otro como parte de un plan de fuga de capitales que está vinculado directamente al lavado de dinero. Esta tendencia se fortalece dada vez más y está lejos de suprimirse.
La implementación oficial del Petro como criptomoneda para las operaciones financieras internacionales del Estado, representa el primer caso, en la geopolítica mundial, que un país oficializa la circulación de dinero fiduciario electrónico y lo respalda con las riquezas petroleras certificadas y minerales preciosos que yacen en el subsuelo. Tal medida pudiera convertir a Venezuela en el primer narco estado oficializado por la autoridad gobernante.
Econ. Nelson A. Pérez Valdivieso.
Miembro del Secretariado Nacional de Movimiento Progresista de Venezuela. MPV.
Econ. Nelson A. Pérez V.
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