La lucha por la democracia en Venezuela ha sido larga y dura. En el camino de años se han quedado amigos y familiares, mientras que otros han resultado heridos; hemos llorado, sufrido, despedido a seres queridos que han partido buscando mejores oportunidades; hemos hecho colas, votado, protestado, marchado y un largo etcetera.
Han pasado más de 18 años de lucha y muchos se preguntan, dentro y fuera del país, qué es lo que nos motiva, por qué nuestro empeño y obstinación, por qué no nos hemos dado por vencidos si todo indica que eso es lo más fácil, por qué seguimos luchando contra una marea que parece por momentos arrolladora y brutal.
La respuesta es muy sencilla, tanto que muchas veces se dice casi de manera automática, casi sin reparar en su
profundidad. Seguimos luchando porque DECIDIMOS SER LIBRES.
Cuando digo “decidimos ser libres”, quiero resaltar dos cosas: el verbo “decidir” y el adjetivo “libres”. Porque estamos decididos, actuamos, por lo tanto, nuestra acción parte de una determinación personal y colectiva. Pero esa acción es motivada por algo: ser libres, y esa motivación no es pragmática sino más bien ética.
Cuando un “líder político” guía su actuación solo por su determinación, sin considerar los ideales profundos que mueven nuestra lucha, sin prestar atención a los principios éticos, toda la sociedad está en peligro, pues se corre el riesgo de que metas y ambiciones personales se presenten ante la opinión pública como metas colectivas deseables, todo impulsado por el miedo a “perder algo” que en realidad no se tiene.
Yo decidí desconocer la fraudulenta asamblea nacional con pretensiones constituyentes, y lo hice con decisión, asumiendo todos los riesgos, pues para ello tengo una motivación profundamente ética. Esa decisión no fue mía solamente, pues más de 7 millones de venezolanos también lo decidieron así el pasado 16 de julio. No obstante, luego del 30 de julio, y aún más tras la obligación a los gobernadores de juramentarse ante la fraudulenta ANC so pena de ser removidos, muchos han pensado que lo mejor es el cálculo pragmático y olvidarse de los principios, que lo mejor es, contradictoriamente, rendirse para seguir luchando.
A ellos les digo igual que a los que nos preguntan que por qué luego de 18 años seguimos luchando: hemos decidido ser libres, y la libertad pasa por mantenerse de pie frente al chantaje, jamás de rodillas.
Alfredo Jimeno
Concejal de Chacao
Voluntad Popular