La inconstitucional y fraudulenta ANC elimina, de un plumazo, la Alcaidía Metropolitana de la Gran Caracas y la Alcaldía de Alto Apure. Su estrategia es clara quitarse, a la torera, espacios controlados por el pueblo opositor y preparar el terreno electoral para las venideras elecciones presidenciales del año 2018.
Esta estrategia de un régimen forajido que pretende eternizarse en el poder a través de fraudulentos y descarados procesos electorales, le da una patada, una vez más, a las discusiones en la mesa de dialogo que se viene realizando en República Dominicana.
Los cancilleres que asisten al proceso de dialogo habían propuesto un borrador de trabajo en función de las enfrentadas posturas de las partes en conflicto, en un esfuerzo de allanar espacios de encuentro y conciliación, al respecto señalaron en su borrador de propuestas:
• Liberación plena de los presos políticos.
• Apertura de canal humanitario.
• Reconocimiento de los plenos poderes de la Asamblea Nacional.
• Reconocimiento de la ANC, la cual debe limitar sus funciones en la redacción un nuevo texto constitucional en un período de seis meses, para luego ser sometida a la consulta popular. Culminado ese proceso se procedería a establecer el cronograma electoral para las elecciones presidenciales del año 2018.
• Recomposición de los rectores del CNE estableciéndose que de los cinco miembros del cuerpo colegiado, dos pondría la oposición, dos el gobierno y uno por consenso.
• Nombrar una comisión de alto nivel integrada por ambos contrincantes a objeto de solicitar a las autoridades de los EEUU, revisar las sanciones económicas impuestas al régimen de Maduro.
Esta propuesta de los cancilleres facilitadores estaba en el centro de la discusión, para la próxima reunión estipulara para enero de 2018.
Es evidente que con esta nueva aptitud del régimen de eliminar las Alcaldías Metropolitana y Alto Apure, así como la relegitimación de los partidos políticos que no postularon candidatos a las pasadas elecciones municipales, violando abiertamente la ley de procesos electorales vigente, el régimen niega el proceso de dialogo y cierra filas fraudulentas en su estrategia de asaltar nuevamente el poder a través de fraudes electorales.
La propuesta de Nicolás Maduro de eliminar, del proceso electoral presidencial, a los partidos que no participaron en las regionales, asumida por la ANC a través de decreto inconstitucional, y la postura de Diosdado Cabello de ir al proceso electoral con el mismo CNE sin ningún tipo de modificación, dan cuenta que el ofrecimiento de dialogo es un trapo rojo del régimen para ganar tiempo y mover con suficiente antelación sus piezas en el tablero electoral venidero.
La oposición democrática representada en la MUD, no da pie con bola, debilitada y sumida en sus propias contradicciones de liderazgo, pierde cada día más representatividad opositora y ve seriamente limitada su capacidad de convocatoria popular. El régimen que analiza muy bien las fortalezas y debilidades de su acérrimo enemigo actúa en consecuencia y propicia certeros golpes electorales a su contrincante, hoy es dueño de las gobernaciones y Alcaldías como estructuras policías y funcionales del régimen.
Todo régimen dictatorial para mantenerse en el poder actúa al margen de la ley y utiliza las instituciones democráticas como parte del juego político para entronizarse con tapujo democráticos. Por otra parte los CLAP y el carnet de la patria, en conjunción con las dadivas en efectivo que reparten como piñata en el juego político, es parte fundamental en su estrategia para adormecen al sector más empobrecido de la población, acostumbrándolo a vivir en la miseria para vocalizarlo, luego, electoralmente. La riqueza del régimen goteará y los de abajo sobrevivirán.
Lo que si queda claro es que la situación de ruina a la que han llevado al país juega, fuertemente, en contra del ajedrez electoral que impone el régimen. Estrangularán hasta donde sea posible la postura de los factores democráticos e impondrán sin lugar a dudas su fraudulenta actitud electoral. Se juegan en esta oportunidad su supervivencia política, su anclaje en el poder del Estado, su presencia en la Región Caribeña y su estrecho vínculo con el terrorismo y narcotráfico internacional. Tiene a su favor el poder institucional del Estado: Gobernaciones, Alcaidías, los poderes públicos, a acepción de la AN que perdió su caja de resonancia.
Pero también tienen grandes debilidades: en el contexto internacional la postura del mundo democrático y las sanciones económicas y políticas impuestas pesan mucho en el morral de la geopolítica electoral venezolana. En el contexto interno, con todo y el fraude cometido en los procesos electorales, solo cuentan con 6.200.000 (últimos comicios) electores de una población votante que ronda los 19.000.0000 de venezolanos. El meollo del asunto está en cómo el régimen logrará tomar un espacio importante del electorado opositor que les permita cerrar la brecha en el conteo electoral y aplicar su ya pulida estrategia fraudulenta. Con la ricita macabra de Jorge Rodríguez a las cuatro de la tarde: “ahora viene el cierre perfecto ya las grandes mayorías bajan de los cerros a votar por la revolución, quedarán los centros electorales abiertos hasta que haya votantes en las colas”. Mientras tanto los esbirros electorales hacen su trampa y el CNE en la madrugada da la estocada final. No debe haber deudas en que el régimen restringirá en lo posible, con zarpazos dictatoriales, la posibilidad que los venezolanos en el exterior voten democráticamente, cambiará de nuevo centros electorales opositores, continuará la inhabilitación políticas de líderes fundamentales de la oposición, el carnet de la patria será la alcabala electoral, etc.
El año venidero será apocalíptico. Veremos un derroche de dinero inorgánico con la aprobación carnavalesca de obras de infraestructura por doquier sin ningún tipo de control en el gasto, la híper inflación hará estragos en el menguado poder adquisitivo del pueblo, el acceso a la comida y medicamentos será más severo, el cierre de muchas empresas será inminente, desempleo por doquier, aumentos salariales desproporcionados, etc. Un poderoso enemigo juega en contra de en la ejecutoria de ese derroche institucional: el desmadre energético en PDVSA y la red de producción, transmisión y distribución de energía hidroeléctrica y termoeléctrica. Lenin decía: socialismo es sinónimo de electricidad.
Ante esta confusa sopa de males sociales y económicos que afectan al país, la balanza de pesos y contra pesos de la geopolítica en cuanto al equilibrio institucional necesario del régimen para la cacareada paz social puede desbordarse y surgir escenarios fuera del control del Estado.
AL PAÍS DEMOCRÁTICO LE HACE FALTA UN LIDERAZCO NUEVO, QUE ASUMA LA CRIRIS INSTITUCIONAL, EL FUTURO BIENESTAR DEL PUEBLO Y LA CONSOLIDACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS DEMOCRATICAS, COMO UNA CUESTION DE ESTADO, DE SUPRVIVINECIA, POR ENCIMA DE LAS ESPURUAS ASPIRACIONES POLÍTICAS PERSONALES DE LOS ACTUALES LÍDERES POLÍTICOS.
Econ. Nelson A. Pérez Valdivieso Miembro del Secretariado Nacional del Movimiento Progresista de Venezuela. MPV.
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@nelsonperezav