El Santiago Bernabéu será el escenario del quinto Clásico del fútbol español de 2017, año que pasará a la historia por las imágenes de Leo Messi mostrando a la grada blanca su camiseta y de Cristiano Ronaldo haciendo lo propio en el Camp Nou.
Ambas han sido dos de las instantáneas más reproducidas por medios de comunicación y redes sociales, con las dos estrellas de ambos equipos y del fútbol mundial exultantes y henchidas de poderío ante la afición rival.
Messi fue el ‘inventor’ de estos icónicos momentos. El argentino llevaba seis clásicos sin marcar y el partido llegaba en un momento duro para el conjunto que dirigía Luis Enrique. Su gol en el último minuto le daba la victoria a su equipo y reabría la lucha por la Liga -al final el título fue para el Real Madrid-.
Y Messi se plantó ante la afición rival con la camiseta en las manos, mostrándola a la grada, al cielo, a sí mismo, al mundo. Un gesto que hasta pareció un desafío.
Poco menos de cuatro meses después, con el Camp Nou como escenario, en la ida de la Supercopa, llegó el segundo capítulo de esta miniserie. Cristiano Ronaldo, que había reemplazado a Karim Benzema a los 58 minutos, desequilibró el encuentro con un magnífico tanto.
El portugués se quitó la camiseta, la arrojó al césped y, pletórico, mostró sus músculos al mundo. Su compañero Marcelo la recogió y se la entregó al luso para que, en una imagen similar a la de Messi, mostrara el ‘7’ a la grada rival y al mundo.
Fueron las dos imágenes de un año a la postre pletórico para el Real Madrid, con sus cinco títulos, pero que puede acabar con el Barcelona lanzado en la Liga y, si gana, dejar a su eterno rival a catorce puntos.
La relación de clásicos comenzó aquel 17 de abril que sentenció Messi con el 2-3 que a la postre no impidió la coronación blanca y tuvo su continuidad en la Champions Cup veraniega, en Miami, y con los dos duelos de la Supercopa.
En el enfrentamiento disputado en el Hard Rock Stadium, el primer Clásico de la historia en territorio estadounidense, venció el conjunto de Ernesto Valverde por 3-2 un choque típico de verano en el que no participó Cristiano Ronaldo.
Messi e Iván Rakitic situaron en siete minutos un 2-0 que encontró la respuesta blanca antes del descanso por medio de Mateo Kovacic y Marco Asensio. Gerard Piqué firmó el 3-2 al inicio del segundo tiempo y el partido entró en un carrusel interminable de cambios que ya no modificó el panorama.
Se tomó la revancha el conjunto de Zinedine Zidane en la primera quincena de agosto con sus dos victorias en la Supercopa. El campeón de Liga encarriló el título en el Camp Nou con un 1-3 y grandes goles de Marco Asensio y Cristiano Ronaldo.
Piqué abrió el marcador para el Real Madrid en propia meta, Messi igualó de penalti, respondió Cristiano Ronaldo, que había reemplazado a Benzema, con un magnífico tiro, aunque no menos espectacular fue el que significó el 1-3, obra de Marco Asensio, con un latigazo imparable.
Cristiano Ronaldo no pudo terminar el partido. Fue expulsado y sancionado. En la vuelta fue el gran ausente, pero el Real Madrid mostró de nuevo una magnífica versión y se llevó el título con un 2-0 que firmaron Asensio y Benzema en el primer periodo.
No hubo ni siquiera opción a la remontada del cuadro azulgrana, que fue superado por un equipo que había alcanzado un gran pico de forma para afrontar las dos Supercopas pero al que ahora, a las puertas del quinto clásico del año, tiene muy alejado en la competición liguera y al que puede dejar casi descartado. EFE