Navidad en la diáspora, por Domingo Alberto Rangel

Navidad en la diáspora, por Domingo Alberto Rangel

Domingo Alberto Rangel  @DomingoAlbertoR
Domingo Alberto Rangel @DomingoAlbertoR

Este año que difícilmente se puede llamar “de gracia” los venezolanos materializan por el mundo un viejo sueño de cuando el país atraía europeos para llevar a cabo labores más bien modestas: Al igual que los Apóstoles de Jesús cuyo nacimiento celebra gran parte del mundo civilizado y que algunos de ellos no conocieron al Maestro, la mayoría de los integrantes de la llamada diáspora tampoco habían nacido cuando sus mayores viajaban por el mundo sin dificultades económicas o visado alguno porque esas barreras no se conocían cuando nuestra sociedad pensaba que éramos ricos, sin llegar a la cursilería de declararnos “potencia”, y creyendo, vaya equivocación, que debido a nuestro potencial económico el mundo nos amaba.

¡Qué alejados de la verdad estábamos!

Ayer la necedad del consumista venezolano, exigiendo a los mesoneros botellas de escocés cuando los nativos no ganaban para un trago, desató muchas envidias en el extranjero. Y cómo se sabe por un ensayo de Guillermo Rodríguez… la envidia es el primer paso al socialismo que sin desarrollo para equilibrar crece.





Hoy tampoco nos aman por el mundo y nuestros gobernantes desatan risitas a sus espaldas cuando pregonan que somos un país “potencia” o que “el mundo está pendiente de lo que aquí nos sucede”.

La generación de los milenios –otras anteriores también- cuyos integrantes votan masivamente en contra del gobierno bolivariano… largándose al exterior… sin mucho dinero… sin saber los pobres lo que se van a encontrar cuando dejen atrás las fronteras patrias, se han encontrado con cosas terribles.

Indira Guerrero de El Confidencial y otras periodistas narran las terribles experiencias de quienes emigran ilegalmente a la isla de Trinidad: Estupros y violaciones sexuales van en aumento y los tribunales trinitarios desechan las acusaciones. En las calles maldicen a nuestros compatriotas o escupen en el suelo a su paso… no contestan los trinitarios si no se les habla en inglés.

Los primeros venezolanos que emigraron a Panamá lo hicieron en plan de negocios y es notorio que el ex Alcalde Metropolitano de Caracas, Juan Barreto, invirtió en bienes raíces cuando comenzó el auge de la construcción en ese país. Gracias a los primeros enriquecidos del chavismo, unos evidentemente bolivarianos, otros opositores –vean la lista de los Panamá Papers pero antes tomen algo para bajar la tensión-… ser venezolano en Panamá se hizo sinónimo de alguien que compra propiedades sin ton ni son, al precio que fuese… y así desataron quizás sin pensarlo, una escalada de costos en los bienes raíces… al tiempo que desataron envidia y furia de los panameños.

Ahora allí también nos hostilizan y el lamentable arquetipo de la venezolana en Ciudad de Panamá es la joven que se prostituye por falta de oficio, trabajo y por venir de una sociedad donde el machismo nuestro solo le acepta a las mujeres que sean bonitas.

Claro, también hay quienes tienen éxito y prosperan en Miami, Madrid, Lima, Bogotá o Rio de Janeiro… pero los titulares se los llevan putas y rateros.

¡Son los resultados después de decenas de años prostituyendo la educación y sembrando pendejadas como que somos un país rico, muy rico, o que aquí, aparte de petróleo, solo somos capaces de producir Misses y peloteros… ya un libro de Ibéyise Pacheco desnuda al mago creador de reinas de belleza como un miserable cabrón de alto coturno!

Esta Nochebuena será en realidad la más triste que el país haya pasado desde que hay memoria histórica y no solo por los precios… sino por la falta de esperanzas y alternativas al bolivarianismo empobrecedor… y por la falta de propuestas dirigidas a cambiar de rumbo.

¡No tenemos políticos patriotas y de altura como es sabido… pero tampoco empresarios… y así será más lento y arduo salir del foso por el cual caemos!

El maldito dólar cucuteño anda estancado hace rato debido a que nuestra sociedad se ha empobrecido al nivel haitiano, hondureño o cubano… pero los precios siguen subiendo y hay economistas que defienden la evidente especulación con aquél cuento del “precio de reposición”. ¡Serán pendejos esos señores!

¡Aquí casi no existen comerciantes pensando en reponer nada sino más bien en cambiar a divisas la sangre que le extraen al indefenso comprador… para cerrar en enero el tarantín!

Frenar la doble masacre que gobierno y comerciantes le han dispuesto a la ciudadanía es labor patriótica pero eso es como pedir demasiado a la polarización cuando unos y otros usan el mismo menjurje… esperando cada grupete de malandros distintos resultados.

La oposición sueña con que de tanto subir precios… un buen día la gente por arte de magia se ha de levantar contra el gobierno… los militares cambian de chaqueta… y ya… de nuevo a las andadas.

El gobierno se frota las manos esperando que un pueblo hambriento ira mansamente a pedir su bolsa Clap.

Poner las cosas en orden exige otros dirigentes que no pueden ser los mismos habladores de boberías que han llevado al país a la miseria física y moral. Tampoco sirven para una tarea ardua, difícil y atravesando un camino lleno de tentaciones… quienes tienen casi veinte años negociando en provecho personal o de sus partidetes… con los gobiernos de Hugo y Nicolás… quienes viajan a negociar en Dominicana en aviones privados de 20 millones de dólares… cual jeques sauditas.

Tampoco para esta reconstrucción han de servir boliburgueses y Bolichicos acostumbrados a hacer “negocios” a punta de sobornos, puterías, adulancias al funcionario de turno y sin mucho producir… mientras que los especuladores mejor que se larguen… no hacen falta.

Finalizo deseándoles una Feliz Navidad a los lectores  aunque esto parezca burla… no escribo con rencor y menos describo mi Nochebuena como convite venido a menos… a Dios gracias aún bien comeré, beberé con moderación y alguna lágrima me saldrá pensando en otros compatriotas menos afortunados.