Daniel Merchán: Perspectiva Internacional Venezuela 2018

Daniel Merchán: Perspectiva Internacional Venezuela 2018

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El continente americano posee una enorme crisis regional emanada de manera especial desde Venezuela, es por ello que se hace fundamental reconocer cuales son los escenarios y perspectivas del estado venezolano ante la comunidad internacional de cara al 2018, haciendo énfasis en estudios del  Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), Organismos de integración regional como la OEA y Mercosur, pasando por informes de seguridad y defensa en materia de política exterior, hasta los indicadores económicos presentados por agencias como Torino Capital.

Es por ello que la crisis en Venezuela tendrá un clímax o viaje turbulento en 2018, de acuerdo a la estabilidad interna que el régimen pueda mantener y el grado de presión externa o asistencia que el régimen reciba de actores internacionales. De hecho Venezuela no deja de ser objeto de debate en el seno de los organismos internacionales, la ONU, Unión Europea, Mercosur, OEA, entre otras; pero también está en la palestra de las instituciones de seguridad y defensa, como en el caso del comando sur norteamericano que rindió ante el Senado de EEUU un informe que considera a al régimen venezolano como un factor desestabilizador en la región, que obligaría a una pronta respuesta regional, producto de un período de inestabilidad significativa en el año en curso, debido a la escasez generalizada de medicamentos y comida, una constante incertidumbre política y el empeoramiento de la situación económica, así lo afirmó el Almirante Kurt W. Tidd, Jefe del Comando del Sur de los Estados Unidos en su informe al Comité de Servicios Militares del Senado hace algún tiempo.





Ciertamente Venezuela tiene un panorama económico espeluznante, recientemente, la firma Torino Capital Banco de Inversión señalaba que el país vive la peor contracción económica registrada desde la independencia del país y la peor de todo el periodo postguerra de la historia latinoamericana, para corroborar esta lapidaria conclusión, ofrecieron algunas cifras: la caída del Producto Interno Bruto per cápita durante los años 2012-2016 ha sido del 36%, la más alta registrada en la historia venezolana. En ese mismo lapso, el ingreso per cápita cayó 28% después que las ventas petroleras bajaron 78% y las importaciones disminuyeron en 67%.

Particularmente la nación está en la fase de “colapso económico” que siempre menciona con certeza el economista José Manuel Puente, lo que condujo a Venezuela a la infame hiperinflación, que según el economista norteamericano Philiph Cagan, primero en utilizar ese término, se da cuando la inflación anual supera el 600% o el 50% mensual, cabe destacar que el indicador inflacionario venezolano cierra por encima del 2000% en 2017.

Si a todo esto le agregamos el componente geopolítico, Rusia, China e Irán con algunos otros países suponen una amenaza para los intereses de otros estados, pues han establecido una mayor presencia en la región, entrando en disputa en la arena económica, política y de seguridad de América Latina, utilizando a Venezuela como satélite, basta con revisar el documento de estrategia de seguridad nacional de diciembre 2017 emanado de la casa blanca, que coloca el ojo en el hemisferio occidental con la tilde en Cuba y Venezuela, como elementos que representan amenazas políticas, sociales e inclusive armadas con influencia China y Rusa, tema para considerar con atención.

De tal manera que por las razones expuestas y otras vertientes en desarrollo vale la pena examinar algunos de los escenarios probables para la Venezuela de 2018 en el espectro global, en medio tal vez, del ojo de un huracán devastador:

Proyección de Escenario numero 1:

Producto de la presión internacional y regional exitosa creciente, junto con la reagrupación de la fuerza opositora activa se organiza y se une en esfuerzos con acciones específicas diseñadas para presionar al régimen y forzar una transición. Estas incluyen sanciones individuales de Estados Unidos, Unión Europea, Mercosur, replicadas por otros países en la región, junto con esfuerzos para apoyar a la oposición e instituciones como la Asamblea Nacional.

Bajo este escenario, la asamblea constituyente es rechazada cuando el “anillo cercano” de Nicolás Maduro se divide, con elementos disidentes  de las fuerzas de seguridad y élites del sector privado, forzando una transición pacífica. La deserción de este grupo de chavistas,  crea las condiciones de un camino necesario que lleva a la convivencia de la oposición y de una parte significativa de chavistas, particularmente en un año con elecciones presidenciales.

Esta escena requiere un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), monitoreado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros observadores internacionales, La comunidad internacional así podrá reconocer a un nuevo liderazgo elegido democráticamente; y proporcionar asistencia humanitaria, económica, financiera y judicial para reconstruir el país y sus múltiples instituciones deterioradas. Aun cuando sea posible, este escenario “ideal” parece difícil de obtener en el corto plazo. La fragmentación dentro de la oposición, distinta al consenso existente alrededor de la necesidad de que Maduro salga, y el apoyo sostenido al gobierno de Maduro dentro de varias agencias gubernamentales y grupos incrustados en las comunidades, están impidiendo cualquier negociación exitosa.

Proyección de Escenario número 2:

Esta escena varía de acuerdo al éxito o no de las negociaciones internacionales, lo que pudiera representar compromisos mínimos de “gobernabilidad” en la que la comunidad internacional disminuye las sanciones a cambio de reformas económicas, el refinanciamiento de la deuda y el posible rescate de la garantías electorales son puntos clave, aunque con una constituyente aún vigente pero con caducidad, lo cual a mediano plazo pudiera representar una transición siempre y cuando se cumpla al pie de la letra, con auditoria externa y libre participación social, sin embargo, hay razones suficientes para creer que existen elementos que no permitirían o dinamitarían la feliz conclusión de esta hipótesis, por lo que no lograr un convenio exitoso abriría paso a la realidad latente del drama económico y humanitario sin resolver, la hiperinflación y las políticas económicas erradas generan el colapso económico anunciado,  aumentando la conflictividad social y el caos general que arrasa con todo a su paso, lo cual ante las fisuras gubernamentales para darle una salida a la crisis puede darle luz verde al accionar militar interno para reconfigurar el Estado, esto último podría suceder con tutelaje de la comunidad internacional y la aparición de outsiders no previstos.

Proyección de Escenario número 3:

Esta escena es la más compleja y dura, el colapso económico hace su trabajo, sin embargo ante el fracaso de cualquier negociación, el gobierno decide mostrarse sin ningún tipo de velo como un régimen de fuerza, dispuesto a mantener el poder a cualquier costo, se implanta el nuevo modelo de Estado Comunal que la ANC hace nacer, la oposición queda reducida, y el aislamiento internacional es inminente y absoluto aunque inefectivo para la salida del régimen por la incapacidad de unificar acciones por saboteos de aliados venezolanos como el Caricom (Comunidad del Caribe), Venezuela se convierte en la Corea del Norte tropical, con petróleo y gas. Maduro se blinda, sin control alguno, con China, Rusia e Irán y recibe el apoyo que él necesita para mantener el dominio total. La asamblea constituyente elegida a dedo complace a Maduro y este gobierna con mano de acero. La oposición social se disuelve y la oposición política se va a la clandestinidad, la huida migratoria es de características incalculables.

Un Cisne Negro:

Por último, pero no menos importante se presentan los imponderables, y en el caso venezolano están a la orden del día, es de seguro lo más difícil de vaticinar, pero están allí en la atmosfera, porque Venezuela es un país de colosal inestabilidad, en todas sus instituciones, el Chavismo o Madurismo se encuentran claramente fracturados, la oposición tampoco luce cohesionada, la comunidad internacional puede actuar y sancionar por su cuenta, lo que puede llegar a producir eventos extraordinarios, el poder político se deteriora, se consuma el Estado Fallido, se intensifica la crisis, la escasez es demoledora, se desatan los enfrentamientos públicos de cualquier índole entre los ejes polarizados y grupos nuevos, el drama humanitario se agudiza, se actúa ligeramente en las fronteras buscando visibilidad, el fantasma de la intervención se reaviva en cualquier debate de los órganos mundiales, lo que puede llegar a representar la necesidad impostergable de un rescate o restauración imperativa, por el bien del continente y de la propia sociedad en conflicto, quizá es un cisne negro poco previsible y mucho menos deseable, pero la Venezuela de hoy es lo más parecido a una caja de pandora.

Por ahora, solo resta verificar que tan capaces somos los venezolanos y la dinámica internacional, de construir una u otra escena, o cualquier alternativa adicional, algo que resulte en el mejor beneficio de un futuro más optimista y menos amenazante para Venezuela, que resurja del caótico olvido en el que usualmente se halla, y contemple un cambio de dirección con la participación de toda la diáspora de talento que hoy tiene diseminada por la integridad de la geografía universal.

@Daniel_Merchan