Navidad en Caos, por @freddyamarcano

Navidad en Caos, por @freddyamarcano

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La Navidad es uno de los períodos festivos más importantes para los venezolanos. Exalta el reencuentro con la familia e incrementa la emotividad, puesto que nuestras creencias renacen y nuestra fe se fortalece en la medida que se acerca el nacimiento del Niño Dios. Por ello es lamentable que se haya distorsionado esta fecha en los últimos años. Pero el colmo es – aunque nos empeñemos en evadirlo – haber llegado al caos actual. Como ocurre con todo régimen autoritario, poco le ha importado este período, ha atropellado la intimidad de los hogares, así pregonen una profunda convicción cristiana. Y, como el regalito no puede jamás faltar, este régimen se empeña en un supuesto orden de consecuencias impredecibles, pero totalmente descriptibles. Ahora bien, ¿qué es una Navidad en Caos?

Describir la situación actual no es nada difícil. Cada quien la padece a su manera. La más difícil es el tema hiperinflacionario que ha afectado a todos los estratos sociales, pero mayormente a los ciudadanos de estratos bajos y a los que viven de un sueldo que no va de la mano con el alto costo de la vida. Por un lado, Venezuela es, en estos momentos, un país con una economía caotizada y restringida por un gobierno que es garante de su mal manejo económico; y, por el otro, un manejo doloso totalmente dolarizado y a criterio de cada uno de los sectores involucrados en este tema. Todo acompañado de la escasez de los productos de primera necesidad por el intento macabro de este gobierno de controlar totalmente al ciudadano para así crear más dependencia. Además, a esto se le suma, la exigua liquidez monetaria que ha llevado a los venezolanos a la mendicidad económica.





En relación con los servicios básicos, el caos, se observa en el área de salud por la pobre existencia de insumos básicos, la ausencia de personal capacitado y la seguridad en los hospitales; en los servicios públicos, el pobre acceso al gas doméstico, el ineficiente servicio de manejo de desechos sólidos, la destrucción del servicio eléctrico y la falta de combustible; y en el manejo de las propiedades oficiales se observa en la destrucción de las empresas básicas dadoras de las únicas entradas de recursos económicos. Todo lo anterior es parte de ese concepto de un orden impredecible que nos permite hablar de la teoría del caos, pero para ello tendríamos que analizar el origen de todos estos problemas buscando variables iniciales que nos lleven a la raíz: el mal manejo de un grupo muy pequeño de personas, que con la excusa de aplicar un modelo político, destruyeron y hegemonizaron todo aquello que se había construido con dedicación y trabajo.

Esta navidad es el momento de buscar en sus preceptos básicos las respuestas a nuestro Caos como país. Mientras más difícil sea la situación que nos agobia, más fe y esperanza debemos demostrar. No permitamos que este grupo de mal gobernantes nos robe la Navidad, pidámosle a nuestro Niño Dios que ponga su mirada sobre nuestro país y, específicamente, sobre nuestras familias. Sin duda alguna, seguro estoy que nada nos va a faltar. Por más caótico que sea nuestro alrededor, siempre tendremos una luz que ilumine hacia un mejor camino.

El caos sugiere, incluso, un orden que es de mayores magnitudes y de más largo alcance. Lo que pasa en Venezuela no es fruto de la espontánea anarquía, como puede pensar alguien ingenuamente. La idea deliberada, suficientemente calculada, es la de acabar, incluso, con el propio espíritu de la Navidad que nos hermana como venezolanos. La intención es acabar de manera categórica con nuestra sociedad como la conocimos para alcanzar una definitiva cubanización del país. Pero ellos no podrán, porque si Dios está con nosotros quién contra nosotros.

@freddyamarcano