Venezuela, que hace una década aspiraba a ser el eje de una nueva alianza diplomática y comercial de izquierda en América Latina, se encuentra cada vez más aislada, publica The New York Times.
Por ERNESTO LONDOÑO
Recientemente las relaciones diplomáticas de Venezuela con Canadá y Brasil se han vuelto tensas, luego de una serie de enfrentamientos verbales originados por la decisión del gobierno venezolano de prohibir la participación de tres influyentes candidatos opositores en las elecciones presidenciales de 2018.
Mientras el presidente Nicolás Maduro es visto como un déspota entre los países de la región —que se ha desplazado políticamente hacia la derecha— Venezuela se vuelve más dependiente de Rusia y China. Con sus grandes reservas de petróleo es probable que sea una apuesta atractiva, a largo plazo, para Moscú y Pekín, que han buscado ejercer una mayor influencia en América Latina.
“Marginalizar a la cleptocracia venezolana es importante, pero el aislamiento total puede causar que la capacidad de los líderes regionales para moldear los eventos políticos en el terreno le sea cedida a actores que no son de la región”, dijo Juan Gonzalez, exfuncionario de la Casa Blanca y del Departamento de Estado durante el gobierno de Obama. “El creciente papel de Rusia es particularmente preocupante, dada su interferencia en las elecciones estadounidenses de 2016 y su aparente diseño para intervenir en la política regional”.
Las disputas con Canadá y Brasil ocurrieron mientras el gobierno venezolano criticaba a Todd D. Robinson, el nuevo encargado de asuntos diplomáticos de Washington en Caracas. Robinson, un funcionario de carrera del servicio exterior de Estados Unidos, y recientemente embajador en Guatemala, dijo en un video que “buscaría oportunidades para ayudar a devolverle la democracia y la prosperidad” a Venezuela.
El jueves pasado, Delcy Rodríguez, la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, reprendió a Robinson diciendo que “llegó con mal pie a Venezuela”.
Durante el fin de semana, Rodríguez, quien también es exministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, anunció que los principales diplomáticos de Canadá y Brasil habían sido designados personas no gratas. En el lenguaje diplomático, ese gesto típicamente indica que un enviado está siendo expulsado en protesta por alguna situación. El anuncio se produjo luego de que ambos países criticaran la decisión del gobierno de Maduro de evitar que los partidos opositores compitan en las elecciones del próximo año.
Rodríguez dijo que el diplomático canadiense, Craig Kowalik, estaba siendo castigado por su “permanente e insistente, grosera y vulgar intromisión en los asuntos internos de Venezuela”. En cuanto a la inclusión en la lista negra de Rui Pereira, el embajador de Brasil, Rodríguez citó como causa la destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien fue remplazada por Michel Temer, un político que ha adoptado una línea más dura con Venezuela.
Canadá tomó medidas recíprocas el lunes, declarando que el principal diplomático venezolano en Ottawa sería expulsado.
“Canadá no se mantendrá al margen mientras el gobierno de Venezuela le roba a su gente sus derechos democráticos y humanos fundamentales, y les niega el acceso a la asistencia humanitaria básica”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá en un comunicado.
Brasil dijo el martes que tenía la intención de expulsar a Gerardo Delgado, el principal diplomático de Venezuela en Brasilia. El último fin de semana, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil dijo que la expulsión del embajador Pereira denunciaba la “naturaleza autocrática” del gobierno venezolano.
Las disputas diplomáticas se desarrollaron en medio del contexto de miseria económica imperante en Venezuela. Según las estadísticas publicadas recientemente por la Asamblea Nacional, la inflación en noviembre fue casi del 57 por ciento, por encima del 50 por ciento que comúnmente se considera como el umbral de la hiperinflación. La profunda escasez de alimentos y medicinas, la falta de dinero en efectivo y el deterioro generalizado de los servicios públicos continúan empeorando día a día, impulsando un éxodo en oleadas.
El debilitamiento del cuerpo diplomático en Caracas hará difícil que los vecinos de Venezuela traten de negociar entre el gobierno y la oposición, y de persuadir a Maduro para que permita la entrada de ayuda humanitaria en las zonas del país donde la gente se muere de hambre.
“Se restringe nuestra capacidad de tener acceso al gobierno y la oposición”, dijo un diplomático brasileño el miércoles, que habló bajo la condición de mantener su anonimato. “Mantendremos un encargado de negocios en Caracas, pero un embajador experimentado tiene mucho más acceso y puede proporcionarnos informaciones y análisis mucho más precisos”.
Esta crisis diplomática llega cuando Venezuela está siendo excluida de importantes discusiones regionales. A principios de este año Caracas fue suspendida del bloque comercial Mercosur, que incluye a Brasil y Argentina, por no cumplir con la cláusula democrática prevista en los estatutos de la alianza.
A medida que la región le da la espalda, y con su país al borde del incumplimiento con el pago de sus deudas, Maduro le ha hecho propuestas cada vez más entusiastas a Rusia y China.
Durante una visita a Rusia en octubre, el líder venezolano le agradeció al presidente Vladimir Putin por “todo el apoyo, político y diplomático en los tiempos difíciles que estamos viviendo”.
Al mes siguiente, Rusia le dio a Venezuela un respiro muy necesario al reestructurar una deuda de 3.1 mil millones de dólares.
A principios de este mes, Maduro se reunió con Igor I. Sechin, director ejecutivo de la petrolera estatal rusa, Rosneft, para negociar nuevos proyectos que incluían el desarrollo de dos campos de gas en la plataforma continental venezolana.
Mari Carmen Aponte, quien fue la principal diplomática para América Latina durante el gobierno de Obama, dijo que Maduro estaba negociando desde una posición de debilidad. China, dijo, tiene una gran tolerancia al riesgo y tiene una visión a largo plazo de las inversiones en países ricos en recursos naturales. Rusia, por otro lado, probablemente vea la vulnerabilidad de Maduro como una oportunidad de oro para obtener influencia sobre otro exportador de petróleo.
“Maduro está esencialmente solo y no tiene los medios para sobrevivir sin aliados”, dijo Aponte. “Estos aliados lo saben y lo están manipulando muy efectivamente”.