Con los años me he vuelto paciente, descubrí que las cosas ocurren cuando suceden, no cuando uno desea; igual aprendí a administrar mi tolerancia al punto de no perder mi tiempo con lo que me duele, daña o desagrada; pero también a luchar por lo que creo. Por eso escribo lo que sigue.
El mensaje de fin de año de la MUD no evidencia, por ningún lado, el sentido de urgencia indispensable expresar para ponerse a tono con esa necesidad general dominante en todos los venezolanos. El hambre, la falta de medicinas y el hampa se extienden a una velocidad insólita y no hay una sola propuesta clara para presionar una solución a esta crisis humanitaria que alcanza ribetes de genocidio a manos del Pranato rojo que desgobierna.
Es un documento político desabrido, sin entusiasmo, un buen papel de trabajo universitario sobre una crisis cualquiera en un país cualquiera. Un diagnóstico general sin novedad, sin escudriñar en los rasgos particulares de la crisis para orientar la lucha. Un pseudo balance del 2017 ignorante de lo sustantivo de los errores: los personalismos, la soberbia, la falta de coherencia, la irresponsabilidad, los intereses. Un mediocre esfuerzo de perspectivas reducido a advertir que viene lo que todo el mundo ya sabe: más crisis, más represión y más conflictos, sin trazar qué y cómo hacer con ese pesado fardo. En fin, un papel que remata con un presunto compromiso de lucha, unidad y negociación, suerte de corsé político para un pueblo desesperado sin la más mínima sustancia operativa para hacerlo creíble.
Ni siquiera porque en el documento se reconoce que “viviremos en 2018 un momento crucial y difícil”, se logra manifestar la urgencia de una salida en forma de un plan de lucha. Su insípido lenguaje y sus propuestas sin aterrizar denotan la falta de acuerdo y la total ausencia de voluntad política de los actores partidistas que integran la MUD.
La lectura más desprevenida del mensaje de fin de año de la MUD nos explica el porqué de la lamentable ausencia de credibilidad en el liderazgo opositor.
PD: Con el perdón de mi amiga María Corina, no me vayan a acusar de mariacorino.
Otrosí: Si cabe la expresión: Feliz año nuevo para todos.