La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, aseguró que la recuperación de la economía mundial el año que viene será “más fuerte y mejor repartida”, para volver a los niveles medios que precedieron a la crisis financiera de 2007-2008.
“En 2017, por primera vez en mucho tiempo, revisamos al alza nuestras previsiones de crecimiento en el mundo. La recuperación será más fuerte, mejor repartida, ya no tiran de ella sólo los grandes países emergentes”, dijo Lagarde en una entrevista publicada hoy por el semanario “Le Journal du Dimanche”.
Esta robustez del crecimiento, a su juicio, “es propicia para proseguir las reformas estructurales, cuando ya se han emprendido, o para decidirse a lanzarlas”.
La tasa de crecimiento mundial del 3,6 % prevista por el FMI para el año que empieza mañana significa, según Lagarde, “volver a los niveles medios de las dos décadas que precedieron a la gran crisis financiera de 2007-2008”.
Lagarde cree que la zona euro está “fuertemente consolidada” respecto a hace una década y la moneda “va bien”, aunque abogó por que la unión monetaria -“una creación magistral única que constituye una alternativa a China y Estados Unidos”- se traduzca en otros proyectos sociales y de cooperación fuera de Europa.
Mientras, juzgó que EE.UU. ha alcanzado su potencial de crecimiento, en torno a un 2 %, pero que sólo podría superarlo con una mayor productividad, algo que es “difícil” en el actual entorno de robotización y de nuevas tecnologías.
Al mismo tiempo, reiteró los llamamientos de su organización a las autoridades chinas para que controlen la expansión del crédito a empresas “que no siempre son sólidas, hasta el punto que algunos las califican de ‘zombis'”.
Lagarde consideró como “la gran paradoja de 2017” el hecho de que China se haya convertido en la defensora de la globalización, que se explica porque “a la naturaleza le horroriza el vacío” dejado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en ese campo.
Respecto a África, auguró que puede ser tanto “el continente del futuro como el de los dramas”, y mucho de ello dependerá del control de la demografía y de las políticas de desarrollo.
“El desarrollo económico en relación al crecimiento demográfico es una carrera contrarreloj que se perderá si no se controla la demografía, lo que pasa en primer lugar por la educación de las mujeres y por una toma de conciencia general en esos países”, dijo. EFE