La salud es lo primero y de viaje nunca ha de dejar de serlo. Por eso, y como nunca se sabe, lo mejor es ir preparados y el botiquín ha de tener un papel importante en nuestro equipaje. Tener lo básico y necesario te puede facilitar mucho las cosas ante pequeños imprevistos que puedan comprometer nuestra salud. Siempre tendremos que ir al médico en cuanto los problemas cobren mayor importancia, pero igual que muchas cosas sabríamos solucionarlas sin salir de casa, de viaje es bueno que tengamos esa misma capacidad recurriendo a nuestro botiquín. eldiario.es
Lo mejor que le puede pasar a tu botiquín de viaje es que nunca tengas que utilizarlo, y de hecho muchas veces es así, pero una fiebre, una diarrea, un insecto con mala leche o un dolor de muelas son cosas que fácilmente se pueden cruzar en nuestro camino. Son cosas sencillas de tratar y solucionar, pero si no estamos preparados pueden volverse un incordio y arruinarnos parte de nuestro viaje.
Evidentemente, cada uno es un mundo. Habrá quien tenga sus alergias farmacológicas o sus enfermedades crónicas, por lo que este botiquín no es totalmente universal y siempre debe ser consultado, aprobado o adaptado. Ante la duda ni lo pienses: pregunta a tu médico de familia.
Vacunas, tarjetas sanitarias y seguros de viaje
Una cosa es hacerse una pequeña herida y saber salir del paso y otra es tener un accidente o contraer alguna enfermedad de importancia. Nuestro botiquín debe estar hecho para solucionar cosas sencillas, pero para todo lo demás también tenemos que estar preparados.
Por un lado, antes de emprender el viaje debemos informarnos sobre si necesitamos vacunas específicas dependiendo del país que visitemos, para lo que tendremos que concertar una cita en el centro de vacunación internacional de nuestra ciudad. Ten en cuenta las posibles demoras y las distintas dosis necesarias para algunas vacunas, así que pide cita con la máxima antelación posible.
Por otro lado, si viajas por Europa recuerda solicitar y llevar contigo tu Tarjeta Sanitaria Europea, el documento que acredita tu derecho a recibir las prestaciones médicas necesarias durante tu estancia temporal en otro país. Si en algún momento has de pagar algo deberá ser en igualdad de condiciones que los asegurados de ese estado en cuestión. Los países en los tendrás cobertura son Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumania, Suecia y Suiza.
Para mayor seguridad, y sobre todo si viajes fuera del Espacio Económico Europeo o Suiza, te recomendamos contratar un buen seguro de viaje que cubra, entre otras muchas cosas, tu asistencia sanitaria en el extranjero. De verdad, hay muchos países en los que no querrás tener que pagar un hospital, así que es mejor si tomas esta precaución.
Elementos básicos de un botiquín de viaje
Si vas a realizar un gran viaje es más que recomendable llevar con nosotros un botiquín con lo necesario para pequeños imprevistos. No hay que volverse loco ni atracar la farmacia antes de salir, basta con llevar algunas cosas básicas, para todo lo demás es mejor que acudas a un médico estés donde estés.
Dicho esto, y con la supervisión de médicos expertos en viajes, veamos qué no puedes olvidar cuando prepares tu botiquín de viaje.
- Para la piel: Un repelente de insectos potente, protección solar de alto factor, bálsamo labial y, mejor aún en la mochila, un gel desinfectante de manos.
- Un termómetro: Es posible que tengamos que medir si en algún momento tenemos fiebre o no para así actuar en consecuencia. Un termómetro nunca puede faltar.
- Analgésicos/ antitérmicos/ antiinflamatorios: Paracetamol, ibuprofeno, naproxeno… Desde un dolor tonto de cabeza a un dolor de muelas, ante estas cosas hay que ir preparados. Muchas veces desaparecen para no volver.
- Remedios contra el estreñimiento: En un viaje comeremos muchas cosas nuevas y no sabemos qué efecto tendrán en nuestro sistema digestivo. Lo ideal es mantener una dieta rica en fibra, pero la falta de fruta, verdura y agua pueden causar estreñimiento. En caso de estreñimiento persistente podemos recurrir a supositorios de glicerina de forma puntual o comprimidos de aloe vera para ayudar a nuestro tránsito intestinal. Laxantes y enemas son siempre tratamientos más agresivos, pero no descartables si todo lo demás es insuficiente.
- Antibióticos de amplio espectro: Cualquier antibiótico que llevemos ha de ser recetado por un médico de cabecera. Amoxicilina y ciprofloxacino cubren la mayoría de infecciones respiratorias y diarreas producidas por bacterias. Todo lo que vaya más allá deberá tratarse haciendo una visita a un médico local, por lo que será mucho mejor si tienes un seguro que cubra estas cosas.
- Antihistamínicos: La hidroxicina puede ser de ayuda ante picaduras de insectos o diversas reacciones alérgicas.
- Antiácido: Almagato, de viaje muchas veces nos enfrentamos a comidas copiosas de las que a veces nos terminamos arrepintiendo.
- ¿Antidiarreicos sí o antidiarreicos no?: Es la pregunta del millón entre los viajeros con estómagos sensibles que se sueltan con facilidad. Las diarreas infecciosas es mejor no cortarlas y permitir que nuestro cuerpo expulse todo lo malo que tiene dentro, si lo taponamos se queda dentro. Así que la respuesta es antidiarreicos no. Lo más importante es la hidratación por lo que sí es conveniente llevar en el botiquín un suero oral, por si acaso. Si no cede o aparece sangre o moco ni lo dudes: al médico de cabeza.
- Material de curas: guantes, desinfectante, gasas, tiritas, puntos de esparadrapo, tijeritas, pinzas de depilar, alguna venda o tobillera… Esto es probable que lo utilices con más facilidad que todo lo demás, pero recuerda, ante una herida lo primero que has de hacer es lavarla bien con agua y jabón, en profundidad, y una vez limpia ya podrás curarla con todo lo demás.