Grupos de trabajo salieron a las calles de las ciudades del noreste de Estados Unidos el viernes para despejar las vías congeladas por una poderosa tormenta e intentar reponer la electricidad a los hogares afectados por el frío intenso que ha causado la muerte de más de una decena de personas.
Desde Baltimore a Caribou, Maine, se desplegaban cuadrillas en los caminos para remover el hielo después de que las temperaturas descendieron incluso hasta los 40 grados centígrados bajo cero en algunas partes tras la caída del sol, de acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional.
Las compañías de servicios públicos en todo el este del país trabajaban para reponer líneas de energía caídas y restablecer el suministro eléctrico a unos 21.000 clientes afectados, aunque la cifra era menor que los casi 80.000 del día previo. Además emitieron advertencias sobre el peligro de las bajas temperaturas.
“Si la temperatura en su casa comienza a descender, recomendamos refugiarse en otro lugar hasta que el servicio pueda ser restaurado. Puede encontrar centros de refugio contactando a las autoridades locales”, dijo en Twitter la firma de distribución eléctrica National Grid, que suministra energía a Massachusetts.
La tormenta con vientos de más de 113 kilómetros por hora dejó caer 30 centímetros de nieve a lo largo de la región, incluyendo Boston y algunos sectores de Nueva Jersey y Maine, en donde seguía nevando.
Muchas comunidades de la costa este ordenaron a los conductores permanecer fuera de circulación y las escuelas estaban cerradas. Los colegios en Boston y Baltimore cancelaron las clases, mientras que en Newark, Nueva Jersey, las escuelas abrirían dos horas después de su horario habitual.
La tormenta del jueves dejó al menos tres pies de nieve (90 centímetros) junto con inundaciones en el área alrededor de sitios históricos de Boston. Los bomberos usaron balsas inflables para rescatar a un conductor desde un auto sumergido.
La tormenta forzó la cancelación de miles de vuelos y los dos principales aeropuertos de la ciudad de Nueva York detuvieron los viajes por las condiciones del tiempo.
La tormenta fue alimentada por una rápida caída en la presión barométrica que algunos meteorólogos llaman bombogenesis o ciclogénesis explosiva. Esto causa fuertes vientos e intensas nevazones.
Las condiciones del tiempo han causado la muerte de al menos 14 personas en los últimos días.