Gregory Antonio Sanabria Tarazona es un joven tachirense de 23 años, estudiante del 4to. Semestre de Informática en la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), con sede en San Cristóbal. Un gran músico, artista circense y gran defensor de los derechos humanos. Desde muy joven le apasiona participar en debates sobre política y la situación del país. En el 2014, junto al Movimiento Estudiantil del Táchira, decidió salir a las calles a protestar de manera pacífica por la crisis que se vive en Venezuela, fue detenido arbitraria e ilegalmente el 7 de octubre del 2014, mientras se encontraba pintando una finca perteneciente a su universidad, llamada La Morusca, algo característico en él, por ser un joven trabajador y colaborador que ayudaba en el mantenimiento de su casa de estudios.
Fue trasladado a Caracas y recluido en el CICPC de El Rosal, allí lo torturaron físicamente con bolsas en su cabeza y con descargas eléctricas en su cuerpo, permaneció recluido más de año y medio en aquella dependencia, en la cual con tan solo 20 años de edad tuvo que compartir celda con presos comunes desde los cuellos blancos hasta con el mayor asesino del país. El día 30 de julio del 2015 es trasladado a El Helicoide, sede de la policía política, SEBIN. Allí su vivencia tampoco ha sido la mejor, en varias oportunidades lo han torturado física y mentalmente, uno de los tantos maltratos lo recibió el 4 de diciembre de 2016, cuando lo golpearon e incluso lo mordieron en su cuerpo, hecho denunciado por la prensa nacional, eso ocurrió luego de iniciar una huelga de hambre junto a otros compañeros exigiendo LIBERTAD, protesta que cesó a los 14 días, el 17 de diciembre de 2016, luego de la visita del Nuncio Apostólico Aldo Giordano y el diputado de la MUD Timoteo Zambrano, quienes se comprometieron a trabajar por lograr su libertad, la cual sigue esperando.
Entre los falsos cargos que le imputan a Gregory está “conspiración para la rebelión”, alegando que intentaban cambiar violentamente la Constitución actual, cargo por el que aún lo mantienen en prisión sin que hasta la fecha lo hayan podido comprobar. Fue vinculado con el alcalde Antonio Ledezma y los jóvenes Jhosman Paredes, en libertad condicional desde el día 23 de diciembre del 2017, y Juan Giraldo, quien también permanece recluido en El Helicoide, siendo una realidad irrebatible que para el momento de la detención no se conocían entre sí, eso sucedió estando encarcelados. Gregory también fue vinculado con los jóvenes Lorent Saleh y Gabriel Valles, igualmente presos y de quienes se separó la causa el 15 de febrero del 2016.
Desde su detención, hace más de 3 años, Gregory ha tenido 19 audiencias diferidas, aun su caso continúa en un tribunal de control ya que el Fiscal Vigésimo del Área Metropolitana de Caracas se niega a firmar el Acta de la Audiencia Preliminar desde hace año y medio. Su último traslado a tribunales fue el 15 de febrero de 2016, desde esa oportunidad no tiene acceso a su abogado defensor ya que le fue prohibida la entrada a El Helicoide, por denunciar la violación a los derechos humanos de los reclusos que allí se encuentran.
En varias oportunidades se ha solicitado atención médica especializada para Gregory ya que debido a las torturas físicas y mentales de las que ha sido víctima y motivado al rigor carcelario actualmente sufre de cuadros depresivos, de una hernia inguinal y de gastritis crónica. Sin embargo la policía política se niega a trasladarlo para que reciba un tratamiento médico adecuado, incrementando sus problemas de salud y poniendo en riesgo su vida. Sus días de prisión no han sido ni son fáciles, pero desde el sitio donde lo mantienen secuestrado y con el don de servicio que lo caracteriza, sus ratos libres los dedica a impartir clases de música y de matemáticas a presos comunes.
Gregory Antonio Sanabria Tarazona, es una de las tantas víctimas de un régimen criminal que lo ha mantenido más de mil doscientos días tras los barrotes siendo inocente, alejado de su familia y amigos, privándolo del derecho de estudiar, de vivir en libertad y negándole el derecho a la atención médica mientras su salud día a día se deteriora.
Privado de su libertad por causas políticas, bajo un proceso judicial viciado e irregular, donde no existen pruebas de culpabilidad, existiendo un retardo procesal evidente que es una de las mayores pruebas de que Gregory Sanabria es INOCENTE.
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