Estamos teniendo unos días complicados por culpa del tiempo frío y las nevadas pero hay sitios en los que convierten año tras año ese clima invernal continuo en algo maravilloso y crean alojamientos efímeros que van cambiando de año en año. Si aún sigues con ganas de paisajes helados te proponemos que te vayas a Laponia a vivir en un mundo de hielo y nieve, porque así es este hotel inspirado en ‘Juego de Tronos’. diariodelviajero.com
Cada año se utilizan cerca de 20 millones de kilos de nieve y más de 350.000 kilos de cristal de hielo natural para construir SnowVillage, con una nueva forma, tamaño y diseño cada año. Éste no se han podido resistir a la fiebre de ‘Juego de Tronos’ y han creado un alojamiento mágico que nada tiene que envidiar a lo que hay más allá del muro.
El complejo SnowVillage creado en esta ocasión ocupa algo más de 20000 metros cuadrados y además del hotel, también cuenta con un restaurante, un bar y una capilla con todos y cada uno de los rincones inspirado en ‘Juego de Tronos’. No falta detalle y en la entrada te recibe una pared salida de la Sala de las Caras de la Casa de Blanco y Negro de Braavos. Totalmente inquietante cuando menos. Sí, por supuesto hay un Trono de Hierro hecho de espadas de hielo.
En las 24 habitaciones creadas este año no falta detalle, como ésta en la que tu sueño está vigilado por un muy inquietante Caminante Blanco con sus ojos iluminados en azul. Cada una está decorada de manera individual y los detalles con guiños a la serie no faltan a lo largo de toda la construcción, como el bar con lobos huargos o un ojo de dragón que te vigila mientras te tomas una bebida bien fresquita.
El hotel está situado a 200km del Círculo Polar Ártico, en la parte oeste de la Laponia finlandesa, muy cerca de las de Ylläs y Levi. Es fácilmente accesible desde el aeropuerto de Kittilä y además hay excursiones con bastante regularidad, ya sea en coche o en snowmobile desde esas ciudades. Si optas por no quedarte a pasar la noche puedes cenar en el restaurante o tomarte unos cócteles bien helados en el Ice Bar, o simplemente hacer uno de los tours que organiza el hotel para curiosear por los pasillos buscando todos y cada uno de los detalles tallados en las paredes.
La construcción del complejo se inicia siempre a finales de octubre, cuando las temperaturas alcanzan los diez grados bajo cero y los expertos mejoran año tras año las herramientas utilizadas para construir paredes y esculturas. Por supuesto la experiencia es altamente recomendable y disfrutable si llevas la ropa de invierno adecuada, no esperéis grandes calefacciones sino una cómoda temperatura interior de entre -2 y -5 grados. Fuera ya es otra historia lo de que sea tan caldeado.
Por cierto, el complejo te ofrece la oportunidad de celebrar tu boda en la capilla, con su banquete en el restaurante y la estancia en las habitaciones. Cuando menos sería una boda muy original, lo complicado será arrastrar a los invitados hasta allí.