¡Mucho Estado y poca ciudadanía, bajo el rio! Juan Bimba, entra en escena del imaginario de ese gran venezolano Andrés Eloy Blanco. Personaje que representa al pueblo en contraposición con el poder, contra la dictadura de Gómez. Es un ser disminuido, amenazado, que no puede hacer nada, todo lo espera, es bueno, generoso y conformista. Suficientemente adulto para ejercer su soberanía, pero a la vez un niño que necesitaba guía. En su creador, estaba presente la idea recurrente de la corta edad del pueblo venezolano, de la sociedad producto de la mezcla de dos mundos. Por ello arma una ideología que le permite aglutinar los sectores excluidos del poder que dejó la cruel dictadura gomecista.
Mientras que Maisanta, Pedro Rafael Pérez Delgado, aunque ideológicamente combatió también al gomecismo, cuando desertó de sus filas. Fue apresado en el Castillo Libertador de Puerto Cabello, donde muere, dicen que le dieron vidrio molido. Su gran valor, para deslumbrar, es ser el bisabuelo de Hugo Chávez Frías, quien lo devela para exaltar al caudillo.
El caudillo es un ser de cualidades físicas e intelectuales que le permite reclutar partidarios, en una relación de orden y mando, control absoluto de la situación, sumisión e incondicionalidad, elimina a sus adversarios, tatuado en el liderazgo político venezolano.
En el imaginario venezolano está presente el hombre fuerte, que todo lo puede. A ese apuestan, a ese van, en ese confían y es al que esperan para que resuelva todo. Esta realidad no salió de la nada, ni es simple casualidad, es una trágica consecuencia de unos rasgos y comportamientos que se repiten (hecho social) durante nuestra historia. Se admira y se sigue al hombre que engaña, maltrata, roba, que busca seguidores para distribuir los beneficios. Que tiene como consecuencia una sociedad sumisa, desorientada, sin objetivos comunes, cómoda por efecto la renta petrolera, conformista al sentir que no puede hace nada e individualista ya que se encarga de su superación personal y familiar, con su esfuerzo (Juan Bimba), esperando que el hombre fuerte decida, y haga por él.
Estos dos personajes, representan uno al pueblo maltratado, por propios y extraños, y el otro al caudillo. En el inconsciente de Juan Bimba está seguir a los Maisanta para que le digan lo que tiene que hacer.
De Juan Bimba a Maisanta, los venezolanos hemos sentido una merma en nuestra calidad de vida y en nuestras aspiraciones personales, no podemos educarnos, ni igual y menos mejor que antes. En la era del más, somos menos: menos dinero, tecnología, avances, comida, vivienda, salud… El retroceso que ha operado en nuestra calidad de vida sólo es comparable con una situación de guerra. Eso está allí. Ahora ¿Cómo cambiar esa realidad? ¿Cuándo vamos a ser mayores de edad? ¿Cuándo vamos a ser protagonistas de nuestro destino? ¿Cómo? comenzamos a ser una sociedad vigilante, activa, que no espere por los Maisanta para que les dé, lo que ellos no quieren ganarse.
@carlotasalazar