En la primera sesión desde el fallido intento de independencia de España, los independentistas conservaron la presidencia del parlamento catalán, que deberá elegir al presidente regional, cargo al que aspira Carles Puigdemont pese a la oposición de Madrid.
En un parlamento con ocho escaños vacíos correspondientes a Puigdemont y otros siete diputados independentistas encarcelados o en Bélgica, Roger Torrent, del partido Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), fue escogido para dirigir la cámara.
Además, los independentistas consiguieron controlar la mesa del parlamento, ocupando cuatro cargos de siete.
Este órgano deberá decidir en la sesión de investidura, a celebrarse a más tardar el 31 de enero, Puigdemont puede defender su candidatura por videoconferencia desde Bélgica o bien a través de un discurso leído por otro diputado.
El jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, ya ha advertido que no permitirá que Puigdemont presida desde el extranjero esta región de 7,5 millones de habitantes y con una quinta parte de la riqueza española.
Esta fue la primera sesión del Parlamento desde el 27 de octubre, cuando los separatistas proclamaron una república independiente que después no pudieron implementar ante la suspensión de la autonomía regional por parte de Rajoy.
Aunque su plan fracasó y provocó gran inestabilidad política y económica, los independentistas consiguieron en las elecciones del 21 de diciembre de nuevo la confianza de 47,5% de los ciudadanos y 70 escaños de 135.
Esto les permitiría en teoría escoger un presidente de los suyos y acabar con el control de la región por parte del gobierno de Rajoy.
– Candidato Puigdemont –
Según un acuerdo anunciado el martes entre ERC y el grupo parlamentario Junts per Catalunya (centroderecha) de Puigdemont, el candidato a dirigir la región sigue siendo este último, pese a que está instalado en Bélgica, esquivando una causa judicial en España por rebelión y sedición.
Con las listas de Junts per Catalunya y ERC, con 34 y 32 diputados y los cuatro diputados de la Candidatura de Unidad Popular (CUP) de extrema izquierda independentista, debería bastarles para formar gobierno.
Pero la mayoría peligra por la ausencia de los ocho diputados.
En la sesión de este miércoles, con sus escaños ocupados con grandes lazos amarillos Puigdemont y sus cuatro compañeros en Bruselas renunciaron a ejercer su voto para la elección de la dirección del parlamento.
“Hoy tendría que haber estado en el parlamento representado el pueblo que me escogió, pero Rajoy me lo ha impedido”, escribió desde Bélgica el diputado de ERC Toni Comín en Twitter.
Pero los otros tres diputados encarcelados delegaron su voto en otros compañeros, lo que causó la irritación de los partidos de oposición, entre ellos el antinacionalista de derecha Ciudadanos, que ganó las elecciones de diciembre pero no dispone de apoyos suficientes para formar gobierno.
“No se puede empezar por mal pie, no se puede empezar saltándose las reglas del parlamento”, dijo Inés Arrimadas, la líder de Ciudadanos en Cataluña.
En definitiva, fue electo para dirigir la cámara con 65 votos contra 56 Torrent un licenciado en ciencias políticas de 38 años, que hace una década se convirtió en alcalde de su pueblo de 5.000 habitantes, Sarrià de Ter, cerca de la ciudad de Girona, una de las zonas más nacionalistas de esta región.
“Estoy convencido que ejercerás el cargo con nobleza y valentía, protegiendo las instituciones y el país”, le elogió desde Twitter Puigdemont.
– Controversia sobre la investidura –
La oposición en Cataluña no ve posible que Puigdemont pueda ser investido telemáticamente, lo que también fue considerado ilegal por los servicios jurídicos del parlamento.
Pero desde Junts per Catalunya, insisten en que “no hay plan B” a la investidura de su líder, aunque eso lleve a un bloqueo político y al mantenimiento de la intervención de Madrid sobre Cataluña.
Puigdemont “parece cada vez más atrapado en una resistencia solitaria mientras el mundo va por otro lado”, asegura el filólogo y columnista Jordi Amat, autor de varios libros sobre el proceso independentista catalán.
“No hay nada que haga pensar que no seguiremos enquistados en una situación de conflicto institucional”, añade.
Según el ministro de Economía, Luis de Guindos, esta crisis política ya ha costado mil millones de euros al crecimiento de esta región, que supone el 19% del PIB nacional. AFP