En un país convulsionado por la escasez de alimentos y medicinas, donde la hiperinflación golpea sin compasión el bolsillo y mueren niños por desnutrición, el alto mando encabezado por el presidente Nicolás Maduro, se fue este domingo a jugar softbol en Fuerte Tiuna.
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La actividad deportiva no distó mucho de la realidad política del Gobierno. Maduro fue el pitcher abridor del encuentro amistoso y apenas en el primer inning, el equipo contrario lo castigó con cuatro anotaciones.
Tal fue el desempeño del mandatario, que para el siguiente episodio fue sustituido por Remigio Ceballos.
En general, el encuentro era tan malo que la televisora estatal VTV cortó la transmisión tan rápido como en el cierre del segundo episodio.
La lógica dice que si algo no sirve o es malo, se bota, se cambia, se saca del aire como hicieron con el juego de softbol.
También dice la lógica -y la Constitución- que todos los venezolanos tenemos el derecho a elegir un cambio de rumbo, más cuando el actual nos ha lanzado por un abismo. Lástima que Maduro y toda su cúpula prefiera que Venezuela siga como su equipo de softbol: llevando palo y palo.