Las formas ya no importan. Los obsesiona la conservación del poder. Convocan elecciones sin intenciones de realizar un proceso pulcro. Ayer el CNE -como siempre- cumpliendo instrucciones, debe haber fijado fecha. Sí en anteriores no tuvieron que recurrir a la trampa más descarada, ahora sin el menor recato la emplean, es la única manera de asegurarse no perderl. Ya no sólo inhabilitan candidatos competitivos, también organizaciones políticas. Pretenden vender la idea de una normalidad y una paz inexistente.
La crisis económica y social les estalla por todas partes, aliviarla y superarla implicaría un cambio sustancial en la política, que no están en disposición de emprender. Ella no se puede ni siquiera mitigar con las aisladas decisiones que adoptan. El invento de los bonos periódicos pretenden ser paliativos pero ni siquiera cumplen ese cometido. El aferrarse a viejas y fracasadas fórmulas les impide cambiar el rumbo y virar en una dirección distinta, están incapacitados para hacerlo, mientras tanto la economía continúa deteriorándose con sus inevitables consecuencias en la vida de los venezolanos.
La situación es verdaderamente dramática tal como se manifestó en el Foro de la Fundación Espacio Abierto realizado el pasado sábado titulado: Hambre, desnutrición y salud, que con la participación del diputado Omar Barboza Presidente de la Asamblea Nacional, la Doctora Susana Rafalli nutricionista y asesora del programa humanitario de Cáritas y el internista y ex ministro de Sanidad el Doctor José Félix Oletta.
La Dra Raffali expresó que el trabajo de asistencia está centrado en “menores de cinco años y que e nuestro país alcanza la cifra alarmante del 15% de esa población” lo que nos sitúa al borde de declarar la emergencia de acuerdo a lo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS); estamos colocados “en la triste posición de tener el peor desempeño alimentario de la región : de dos millones de latinoamericanos que ingresaron a la categoría de sub alimentados en los últimos tres años, un millón ochocientos mil son venezolanos”. Solo estos dos datos suministrados por la especialista, en su interesante y dramática exposición debieran constituir motivo suficiente para conmover a los jerarcas del gobierno, y disponerse a abrir el canal humanitario que ha sido solicitado por distintas organizaciones nacionales e internacionales.
El Doctor Oletta denunció que se ocultan la información sobre 72 enfermedades de notificación obligatoria. Afirmó: “dependemos en un 90% de medicina importadas, la disponibilidad de hipertensivos, antibióticos y sicotrópicos alcanza apenas un 2%. Hay un millón y medio de niños sin vacunar o con vacunas incompletas”.
El Diputado Omar Barboza manifestó la intención del órgano que preside de promover una Alianza Nacional para la Solidaridad Humanitaria con la finalidad de estimular y apoyar a las instituciones que hacen esfuerzos para aliviar la crisis y buscan soluciones de fondo a la gravísima problemática planteada.
En esta oportunidad he considerado conveniente destacar algunos aspectos puntuales de la ponencias en un Foro de la Fundación Espacio Abierto, con la finalidad de destacar la inmensa distancia existente entre el discurso y las preocupaciones del gobierno con la realidad. Lo alarmante de la cifras que revelan un gran retroceso en materia de nutrición y salud, con los índices que alguna vez poseímos en ambos renglones.
El encuentro del sábado fue una pequeña muestra de la existencia en el país de profesionales especializados, de una gran sensibilidad social, con dedicación y sentido solidario a estudiar y proponer soluciones en el corto, mediano y largo plazo en todas las áreas del conocimiento, dispuestos a dar su contribución para salir de la crisis. Lamentablemente el gobierno actual -tal como describimos inicialmente- anda por otros senderos y no esta disponible para oír las voces autorizadas y hacerle frente a la terrible situación que confrontamos. De allí se desprende la necesidad de trabajar para alcanzar el cambio político.