La presentación sobre el falso diálogo que hicieron este miércoles representantes del régimen de Nicolás Maduro y sectores de la oposición venezolana, desde República Dominicana, es un bochorno irresponsable que nació del fracaso. Desde Vente Venezuela, ratificamos que eso no es diálogo, nunca lo fue, y por tanto, todo lo que de allí surja es negativo para los venezolanos. Hoy, se le da un receso indefinido a la dictadura, a costa de la vida de millones de ciudadanos.
El anuncio de que no hubo un acuerdo en ese acercamiento es una demostración de que nada cambió desde la primera vez que aceptaron sentarse con la tiranía en una misma mesa.
Una vez más, se acudió desde una posición de debilidad y el régimen impuso sus términos. José Luis Rodríguez Zapatero, supuesto mediador de las partes, siempre fue un agente de Nicolás Maduro y se fomentaron unas ilusiones que no se correspondían con la realidad: no están dispuestos a entregar el poder.
Resulta inaudito que aún existan dudas sobre la naturaleza del régimen de Maduro, mucho más después de seis intentos de diálogo y luego de más de 100 días desde el último llamado del régimen a un acercamiento que no es otra cosa que una ficción.
Desde el partido de la libertad reiteramos que un verdadero diálogo debe establecer los términos para la salida de la dictadura y no sólo las condiciones para unas elecciones que hemos calificado como un narco-fraude, porque lo único que garantizan es la estabilidad y continuidad de Maduro.
Para los venezolanos, dialogar en los términos que propone el régimen es prolongar el sufrimiento de los millones que hoy sufren por el hambre, la falta de medicinas, la violencia y la ausencia de un gobierno que garantice su calidad de vida y no que propicie el éxodo masivo de sus ciudadanos.
Por eso, nuestro llamado es a mantenernos firmes y claros en nuestras convicciones, en nuestros principios. Jamás nos sentiremos representados por quienes olvidaron el mandato que dieron más de 7 millones de venezolanos el 16 de julio pasado, ni por quienes hoy han convertido a Venezuela en un campo de concentración donde la tortura y la muerte están a la orden del día.
Por el contrario, llamamos a la rebeldía cívica y al desconocimiento total del régimen y sus colaboradores y a la organización ciudadana que nos permita conducir la presión necesaria, interna y externa, hasta lograr la dimisión de la dictadura. Es tiempo de definiciones, es tiempo de libertad.