En 1948, la crisis político-militar cobró elevadísima temperatura y el diario “El Gráfico” publicó una caricatura del muy bien informado e ingenioso Rafael A. Guzmán (Ramán). Un mango con las siglas AD pendía y la leyenda “como mango maduro” resumía los tiempos signados por la cerrilidad. Una oposición supra-aguerrida en cuya cúpula dominaban cuadros provenientes del antiguo régimen (lopezcontreristas y medinistas) que utilizaron a las nuevas coladas de políticos conservadores, en la propalación de un discurso destinado a generar descontento general en las Fuerzas Armadas Nacionales, paso indispensable para el éxito y consolidación de un golpe de Estado.
Los militares, aparentemente consustanciados con el programa de cambios que Acción Democrática proponía a la nación, tenían oculto en la manga de la guerrera su proyecto. Dar continuidad, con diferentes matices, a la hegemonía militar regional andina utilizando, a modo de “mascarón de proa”, líderes sociales con ascendente popularidad agrupados en un partido político. Como erraron sus cálculos, derrocaron a Don Rómulo Gallegos. La predicción de Ramán se cumplió. El mango maduro cayó y estaba repleto con todos los venezolanos, incluida la cerril oposición y el caricaturista. 10 años de torturas, asesinatos y muchas lágrimas costó restituir la democracia. Pero 40 años civilidad no bastaron para domeñar la barbarie.
“La bota militar” calzada por los discípulos del difunto Hugo Chávez Frías conservó el monigote “fino obsequio” del comandante intergaláctico que, sumido en su oceánica ignorancia, se ha creído el mandamás de los pateadores de la dignidad ciudadana cuando, la verdad sea dicha, esa bota que nos patea la calza Raúl Castro, el sanguinario e inescrupuloso Presidente de Cuba quien lo dejará colgado en la brocha a la hora de salvar su pescuezo, si lo viere amenazado en diálogos y negociaciones que, en medio de esta “guerra fría” versión Siglo XXI, reclama sensatez de los líderes de las potencias en cuyas manos se barajan los destinos de la humanidad.
De tal suerte que, observando el cuadro geopolítico mundial, Nicolás Maduro está colgando como el mango de la caricatura parida por Ramán hace 70 años. Porque, vale preguntarse, ¿qué podría ocurrir si en medio del “ataja perros” en el cual se encuentra atrapada la sociedad mundial y para evitar el holocausto Rusia, China y USA decidieran asegurar sus fronteras geopolíticas y geoeconómicas, respetando la demarcación producto del derrumbe de la URSS y la quiebra del modelo marxista? ¿Qué ocurriría si Cuba trocara el monigote y su comparsa militar por la implantación del modelo capitalista al estilo Chino? Raúl Castro tiene fama de ser pro-chino y la cara lo ayuda.
Las hipótesis podrían o no pasar de ser eso: hipótesis. Sin embargo, Maduro junto con los malandros del Alto Mando Militar están atrapados por la crisis creada por Chávez y su obcecado apego al modelo político-económico castro-comunista que nos abate y de la cual no encuentran como salir sin porquerizar un poco más su ya mengua dignidad. Pero suele ocurrir que los cuerpos sociales cobran fuerzas de flaquezas y saltan por encima de las crisis, castigando con severidad a los responsables de sus desgracias.
Así que si el monigote, obedeciendo órdenes de Raúl Castro y del corrupto Alto Mando Militar, baja la “Santamaría” e impide la salida cívica consensuada para, frente al espejo, montar una comedia y competir en un YO contra YO, nadie podría garantizar que la mayoría determinante de la Fuerza Armada persistirá en el escandaloso silencio guardado durante 20 años, interpretado como conducta cómplice de la hamponil y genocida dictadura o, por lo contrario, se hará cargo de la situación.
Para quienes conocemos algo la historia política del país, no es descartable la última de las hipótesis expuestas. Vale la pena recordar que en 1957 Pérez Jiménez, que durante 10 años había despotizado al país y robado el erario público, armó su farsa electoral. El ciudadano tenía dos opciones: SI o NO. Flaca fue la concurrencia. La calle choteó el llamado a elección afirmando con guasona: las tarjetas dicen: SI me que NO me voy. En la noche anunció “el aplastante triunfo” del SI. El 23-01-1958 voló en la “vaca sagrada”. Militares honorables se hicieron cargo de la situación, con beneplácito universal.