La migración venezolana es uno de los fenómenos más fuertes que se han dado en los últimos años en la región. Miles y miles de personas huyen como pueden. Hay perseguidos políticos, enfermos que no consiguen medicinas ni tratamiento, desempleados crónicos, gente con hambre, mucha hambre.
Las ciudades fronterizas de Colombia y Brasil están colapsadas. Los venezolanos llegan allí sin nada, con -literalmente- lo puesto y sobreviven en improvisados campamentos. Los gobiernos de la región los consideran inmigrantes, no refugiados, y no tienen ningún plan para contenerlos. El escenario es tierra fértil para la xenofobia, la prostitución, la delincuencia y la trata de personas.
Argentina vive desde 2014 un crecimiento evidente de inmigrantes venezolanos. En 2014 se radicaron en el país 2.626; en 2015, 5.780; en 2016, 12.859 y el año pasado llegaron 31.167. Sólo en enero de este año, ingresaron 9.800 y según las proyecciones, podrían sumar 120.000 en este 2018.
Antonieta Benítez es la Directora ejecutiva de la Fundación Identidad, una organización cuyo objetivo es lograr una migración organizada. Ella es venezolana y como muchos otros, llegó a la Argentina por razones políticas.
“Nos llegó un caso de un hombre que está vendiendo su riñón para salir de Venezuela”, cuenta Benítez en diálogo con Infobae. El dramático ejemplo busca graficar la desesperación de los venezolanos por salir de su país.
Su fundación está lista para ayudar a organizar a esta diáspora venezolana. Tiene un método y busca el respaldo de toda la sociedad para crear una “conciencia migratoria”.
En la entrevista con Infobae, explica que Venezuela, históricamente, ha sido un país receptor de inmigrantes, pero por razones políticas -“que decantaron en problemas sociales y económicos”- la gente considera imposible seguir viviendo en Venezuela. “Es un tema de sobrevivencia. La gente sobrevive fuera de Venezuela”.
Según detalla, en los primeros años se fue la gente de clase media alta, que podía sostenerse fuera del país, con dinero o ahorros. Pero ahora está saliendo gente que no tiene nada: “Somos muchos venezolanos saliendo al mismo tiempo y esto cambia el esquema de las migracione normales. Las comunes crecen en ciertas épocas, se detienen y vuelven. Este caso debimos haberlo previsto, como ocurrió con Cuba, o con la Unión Soviética”.
-¿Por qué vienen a la Argentina, que parece tan lejos de Venezuela?
-Porque a los venezolanos nos gusta ser legales. Hay otros países donde puedes ingresar y solo puedes permanecer como turista y a los tres meses tienen que salir. Eso significa dinero, tardas en establecerte, eres errante. En Argentina, como dice la Constitución, tienes derecho a solicitar un documento, que llamamos “la precaria”. Es bastante fácil de acceder y eso te da la permisibilidad de trabajar. El año pasado, después de la precaria, a los 5-6 meses tenías el DNI transitorio, con el que se está legal dos años, y después llega el permanente. Es un proceso lento, pero fácil de cumplir. Ojo, pero para los venezolanos ya no es tan fácil porque tenemos serios problemas para acceder a una documentación fundamental, que Argentina tiene que seguir solicitando, que son los antecedentes penales.
-El Gobierno de Macri parece dispuesto a recibir a los venezolanos, de hecho en los últimos días se conoció una resolución que simplifica la reválida de títulos, ahora el acceso a la documentación…
-Claro, hay varios países que hay que quitarse el sombrero por la responsabilidad social que han tenido. Entre ellos Argentina, Chile, Perú y también Colombia, que ahora está siendo muy criticado pero hay que pensar que si bien nosotros recibimos 7 millones de colombianos lo hicimos a través de los años. No es lo mismo que te lleguen 2 millones de personas en uno.
-Las imágenes de miles de venezolanos en campamentos muy precarios en Brasil en Colombia, ¿puede darse aquí en la Argentina?
-Sí, porque se están viniendo de manera desesperada. Sabemos de un grupo importante de Venezolanos que se vienen a pie desde Venezuela. Y Colombia ya no te permite entrar sin que demuestres que vas a salir, lo que significa que aumentó la entrada a Ecuador. Allí posiblemente hagan lo mismo, lo que provoca que busquen otro lugar y lleguen, por ejemplo aquí. Y ahora, la convalidación de títulos generó un impacto enorme
-Mucha expectativa…
-Muchísima. A los médicos venezolanos les haría muy feliz trabajar en hospitales públicos, aunque sea a un salario menor, porque está trabajando de su profesión. Pero la resolución no es muy clara.
-Y hay que ser muy cuidadosos, sobre todo en casos como la medicina o la ingeniería
-Claro, hay universidades venezolanas que emitieron títulos de médico que no son aptos. Chile lo resolvió de una manera que, para mi, es una muy buena idea, que es hacer un examen. Nosotros sabemos de un caso de un muchacho venezolano que sacó 2 sobre 100 y eso es una barbaridad. Hay que tener un cuidado enorme. Hay que convalidar las instituciones pero también los conocimientos.
-Hay muchos venezolanos que llegan con lo puesto…
-Es muy lindo recibir gente hasta que piensas que te molestan en tu entorno, y es tu país. Nosotros desarrollamos 5 acciones de contingencia que hemos conversado con frecuencia con la Dirección Nacional de Migraciones. Creemos que podemos llegar a algo muy firme para ayudar desde nuestra organización. Comenzaremos con al diáspora venezolana peor sirve para otras migraciones. Esas 5 estrategias son: la recepción, su legalización; el hospedaje; el trabajo, nosotros tenemos reuniones con empresas colocadoras de empleo porque hay trabajos que el migrante está dispuesto a hacer y el argentino ya no; la distribución, porque la mayoría está en la provincia de Buenos Aires pero ninguna provincia por más grande o cosmopolita que sea está lista para esto. En enero llegaron 9.800 venezolanos. Con esta proyección llegarán 120 mil en un año. Eso no lo tolera ningún país a no ser que hagamos un plan como este. El cuarto punto es la inserción educativa, porque muchos vienen con la idea de estudiar; y, por supuesto, la parte sanitaria, que es muy delicada en Venezuela. Allá comenzaron a haber unos brotes nuevos de enfermedades que aquí ya no existen, que aquí ya no hay vacunas. Hay una cantidad de eruptivas que en Argentina no hay y que en venezuela comenzaron otra vez. No se puede recibir personas sin que eso sea evaluado previamente, como se hizo durante la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo.
–Hay enfermedades como el sarampión, la difteria, la malaria que en Venezuela volvieron y aquí están erradicados, ¿cómo se maneja eso?
-Como Mercosur no puedes negarle el ingreso a los venezolanos. Pero nosotros sí diseñamos una pieza (formulario) para el venezolano que llega que sirve para detectar qué tipo de salud tienen. Ustedes no se dan cuenta, pero tienen un sistema de salud excelente. El venezolano viene de una situación dramática, donde no hay una inyectadora o un suero, y aquí está en el paraíso. Con esta pieza podemos detectar qué tipo de dolencia o antecedente trae. También hay que hacer jornadas de salud para que, en pocas horas, se les hagan ciertos exámenes regulares. Por el mismo cuidado del migrante, hay que hacerlo.
-¿La región debería tratar la diáspora venezolana como una emergencia?
-El año pasado yo decia que era importante y que iba a llegar a ser urgente. La situación ahora están lo que llamamos “alarma”. Esa alarma se está encendiendo. Estamos en la franja naranja, no pasemos a la roja. Aún hay tiempo para organizarse. Ahora están entrando muchos venezolanos pro Mendoza porque Chile ya está pidiendo pasajes con fecha de retorno o con pase a otro país. ¿Dónde van a ir desde Chile? a la Argentina. Los venezolanos no vienen a conocer a el país, se vienen a quedar. Hay que detectar si tienen las posibilidades y si no las tienen, están estas 5 bases para que no caigan en situación de calle, en prostitución, en casos de trata o de delincuencia; eso a mi me aterra.
-¿Qué se necesita para lograr esta migración organizada que ustedes proponen?
-Necesitamos el respaldo real que aun no se ha concretado. Nos hemos reunido con muchos funcionarios, diputados, senadores… La Fundación está completa, con todos sus permisos y requerimientos de AFIP, pero necesitamos mayor respaldo. Queremos que las empresas se involucren en el tema porque, además, serán las más beneficiadas con una mano de obra muy calificada a menor costos. Así como existe la Responsabilidad Social Empresaria en ambiente, debe existir en temas migratorios. El empresario que tome la bandera de las migraciones responsables y organizadas será una nueva luz a nivel latinoamericano y mundial.