La promesa del Ejecutivo no se podrá cumplir. Será imposible lograr el incremento de la producción a un millón 500 mil barriles de petróleo diarios. La paralización de la planta Simón Bolívar de la Empresa Nacional de Tubos (Enatub), ubicada en Valencia, así lo ha determinado porque de sus líneas de manufactura deben salir las tuberías necesarias para la extracción de crudo, publicó El Carabobeño.
Todo se traduce en una mentira. Desde hace más de un año la firma, filial de Pdvsa Industrial, está detenida por falta de materia prima que debe suministrar la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), dependiente también del Gobierno, y porque no cuentan con repuestos para las máquinas que se han dañado por falta de mantenimiento.
La producción en esta planta comenzó a caer de manera drástica a principios de 2015 al limitarse a 40% de los 440 kilómetros por año que corresponden a la capacidad máxima de la planta. Actualmente ese número se traduce en cero. Félix Campos, supervisor de calidad, detalló que el problema ha sido la mala gestión oficial.
El trabajador detalló que desde la expropiación han pasado por tres gerencias y no han hecho nada, aunque se trata de una empresa estratégica porque se dedica a la transformación de tuberías para la Faja Petrolífera del Orinoco.
Carlos Ortiz, secretario general del sindicato, señaló que desde el segundo semestre de 2016 la manufactura cayó de manera progresiva al registrar niveles de producción de 7,33 metros de tubería lo que se traduce en 20% de sus posibilidades que son 36,66 metros de este material al mes. “Esta situación choca con los anuncios realizados por el presidente de la estatal petrolera Manuel Quevedo quien ha dicho que se va a incrementar la producción de barriles diarios mediantes la reactivación de los campos y plataformas petroleras” . Pero estos anuncios no se podrán concretar si el principal brazo de esta industria, como lo es la exploración y perforación de pozos no cuenta con las herramientas y piezas utilizadas.
La planta Simón Bolívar de Enatub fue objeto de una ocupación temporal del Ejecutivo desde 2011. Desde esa fecha todo ha cambiado para la nómina de 256 trabajadores que apenas cobran entre 70 mil y 80 mil bolívares a la semana.
Melesio Sequera tiene nueve años siendo parte de la nómina de la compañía y durante el último año ha rebajado más de 15 kilos. “No me alcanza el dinero para alimentar como se debe a mi esposa y mis hijos porque lo que hago es milagros con ese sueldo. Compro yuca y plátano y tengo que hacer trabajos adicionales para poder sobrevivir”. Ante tal situación, los trabajadores decidieron tomar la planta desde la mañana de este lunes para ejercer presión al Ejecutivo.