Brasil y Colombia anunciaron hoy que reforzarán su ya estrecha cooperación fronteriza y el intercambio de información sobre la situación en esa zona a fin de promover una “mejor” ayuda a los venezolanos que huyen de la crisis en su país.
La decisión fue tomada durante una reunión celebrada en Brasilia y a la que asistieron, por el lado colombiano, la ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, y el titular de Defensa, Luis Carlos Villegas.
La delegación brasileña fue encabezada por el canciller Aloysio Nunes, y la completaron los ministros de la Presidencia, Eliseu Padilha; Justicia, Torquato Jardim, y Defensa, Raúl Jungmann.
“Tenemos con Colombia una excelente cooperación transfronteriza”, que ahora “es necesario reforzar” frente a la “inmigración forzada” que llega desde Venezuela y que en ambos países ha generado una situación de “emergencia social”, declaró Nunes.
Holguín explicó que la intención de esa mayor cooperación con Brasil tiene como objetivo mejorar la atención a los venezolanos, “que están emigrando en una situación difícil, de hambre y escasez”.
Según los últimos datos oficiales, en Colombia se han instalado 550.000 venezolanos de manera indefinida y unos 37.000 ciudadanos de ese país cruzan la frontera diariamente en busca de un futuro mejor o de la comida y los medicamentos que escasean en Venezuela.
En Brasil, el éxodo se ha dado sobre todo en el estado fronterizo de Roraima, uno de los más pobres del país y que ha recibido cerca de 40.000 venezolanos durante el último año, aunque esa cifra puede ser aún mayor, pues se cree que muchos no llegan a registrarse.
La migración venezolana también ha ido mucho más allá de los vecinos Brasil y Colombia, según datos de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
De acuerdo a ese organismo de la ONU, unos 133.000 venezolanos han pedido refugio en otros países entre 2014 y 2017 y a ellos se agregan otros 363.000 que se han acogido a otras “alternativas legales”, ofrecidas especialmente por países latinoamericanos. EFE