La presencia de la Reina Letizia el jueves en ARCO fue un soplo de aire fresco –mejor dicho, todo un ventilador industrial- gracias a su modelazo rojo por entero, de botas altas de tacón a cartera. Las galeristas, que suelen ir de negro riguroso de alguna firma escandinava como muchas profesionales de la moda, fueron ensombrecidas por la presencia de la esposa del Rey Felipe, que deslumbró con su belleza y su arriesgado look, por no mencionar su valentía a la hora de recorrerse la feria en unos tacones finos de 7 centímetros por lo menos, publica El Mundo.
Por BEATRIZ MIRANDA
Como siempre, la Reina fue objeto de escrutinio de todos pero no sólo por su indumentaria. La consorte se plantó en ARCO con la cara más hinchada que de costumbre. Hubo quien pensó que había vuelto a operarse la nariz, pero no, hemos consultado a expertos en medicina estética y apuntan que lo que se ha hecho es un relleno de pómulos reciente que empequeñece su tabique nasal.
Los periodistas no hemos logrado averiguar dónde se hace estos tratamientos rejuvenecedores, aunque muchos opinan que es su conocido el doctor Pedro Jaén quien va a pincharla personalmente al Palacio de la Zarzuela. Él ha desmentido que la Reina sea su paciente, pero es normal que ella le haya pedido discreción con respecto a sus secretos de belleza.
El resultado, por lo general, es estupendo, aunque cuando tiene recién puestas las infiltraciones es demasiado artificial, como ocurrió ayer en su visita a ARCO.
Según el cirujano plástico Javier Mato-Ansorena, Doña Letizia, mejor dicho, el médico que la trata, abusa de los tratamientos. “Siempre he dicho que es una mujer guapísima y elegante que no necesita convertirse en una Barbie. Creo que está siendo mal aconsejada. Es la Reina de España y ante todo debe ser natural y ejemplo para todos. Es una responsabilidad inmensa la que tiene”.
Excesos
Mato-Ansorena lamenta que su belleza quede desplazada por estos excesos. “Ha rellenado demasiado sus pómulos con ácido hialurónico”. Al parecer, el hecho de que su nariz parezca aún más pequeña (recordemos que Letizia se sometió a una rinoplastia en 2008 por “problemas de salud”, una intervención llevada a cabo por el cirujano Antonio de la Fuente) es porque ésta “se esqueletiza” años despúes de la operación. Además, “se han pasado rellenando sus pómulos, lo que hace un efecto visual de su cara diferente”.
Hemos consultado a otro experto que prefiere no decir su nombre y asegura que Letizia se ha puesto de todo, es decir es todo un muestrario de los últimos tratamientos de rejuvenecimiento en el rostro. “Se ve que prueba lo más revolucionario en mesoterapia facial. Lo más probable es que le inyecten inductores de colágeno y elastina. Pero por supuesto tiene Bótox en el ceño y la cola de la ceja para elevar la mirada, y rellenos de ácido hialurónico en mentón, pómulos y frente. También en los labios”.
Recordemos que la toxina botulínica inmoviliza ciertos músculos de la cara que producen pliegues de la piel y, en consecuencia, arrugas, impidiendo así su aparición. Por eso, el gesto serio de la Reina Letizia, que es poco expresiva con los ojos y la sonrisa.