El Santo Sepulcro, donde está la tumba de Jesucristo según la tradición cristiana, continuaba cerrado este lunes por segundo día, en una protesta sin precedentes contra una medida fiscal y una propuesta de ley israelí respecto a los bienes de las iglesias.
Hasta ahora se desconoce hasta cuándo permanecerá cerrado este lugar, considerado el más sagrado del cristianismo. La medida obedece a una decisión de los líderes de las iglesias cristianas en Jerusalén.
Se trata de una acción “sin precedentes” acordada por los líderes de las iglesias greco ortodoxa, armenia y católica, que comparten la custodia de este santuario, anunciaron el domingo.
Los líderes religiosos protestan contra una decisión anunciada hace algunas semanas por la municipalidad israelí de Jerusalén de hacerles pagar impuestos sobre sus propiedades, que no sean lugares de culto o educación religiosa, pero que tengan actividades comerciales que generan ingresos.
También protestan contra una propuesta de ley israelí que, según dijeron, atacaría sus derechos de propiedad en Jerusalén.
Según estas iglesias, estas medidas de Israel “son un intento para debilitar la presencia cristiana en Jerusalén”.
Una comisión ministerial israelí tenía que examinar el proyecto de la municipalidad israelí de Jerusalén el domingo, pero su decisión fue aplazada una semana.
Un portavoz del gobierno palestino en Ramala, en Cisjordania ocupada, denunció una “nueva agresión” contra la ciudad de Jerusalén y estimó que esta decisión israelí “podría traducirse en un control (de Israel) sobre los terrenos que pertenecen a las iglesias”.
– Impuestos atrasados –
El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, dijo en un comunicado que la ciudad planeaba recuperar impuestos atrasados por un monto de 650 millones de séqueles (152 millones de euros, 170 millones de dólares) en algunas propiedades, como “hoteles, salas de reuniones y comercios” que pertenecen a las iglesias.
Los líderes cristianos creen que este proyecto de ley compromete su trabajo diario, y afirman que estos bienes sirven a su obra social.
Además, está sobre la mesa otro proyecto de ley que busca aliviar los temores de ciudadanos israelíes que viven en casas construidas en tierras que eran propiedad de la Iglesia greco ortodoxa y que recientemente fueron vendidas a inversores privados.
Los residentes israelíes temen ser expulsados por los nuevos propietarios de esos terrenos con el fin de construir proyectos inmobiliarios.
Estas ventas de la Iglesia greco ortodoxa indignaron a los palestinos ante la sospecha de que los terrenos fueran usados para construir viviendas destinadas a colonos israelíes en Jerusalén este.
Según medios israelíes, el ministerio de Relaciones Exteriores criticó la decisión del alcalde de Jerusalén de fijar impuestos a las propiedades de las iglesias, al considerar que compromete un ‘statu quo’ vigente desde hace décadas.
El domingo, los turistas se encontraron con las puertas cerradas de la iglesia y los guías intentaban explicar porqué no podían ingresar al santuario.
Aunque es rara esta medida, en 1990 el Santo Sepulcro fue cerrado junto a otros sitios cristianos para protestar contra la instalación de colonos cerca de esta iglesia. Nueve años después, volvieron a cerrar para protestar contra la construcción de una mezquita cerca de la Basílica de la Anunciación en Nazaret.
Los líderes cristianos calificaron el proyecto de ley como “detestable”, que a su criterio “haría posible la expropiación de propiedades de la Iglesia”, expresaron en un comunicado divulgado el domingo. AFP