“Si uno habla o dice algo, es posible que ya mañana no esté”, la frase parece dicha por un campesino colombiano o por un habitante de algún barrio marginal de las grandes ciudades del país, pero no, quien la pronuncia es una persona que nunca ha tocado la tierra del ‘Corazón de Jesús’.
Por: Daniel Muñoz y Alexander Oyola
Se trata de un atemorizado costarricense que ve con perplejidad cómo su país, considerado la Suiza de Centro América, es acorralado por las bandas de narcotráfico que han puesto sus ojos, su droga, sus armas y su violencia en el terruño que lo vio nacer.
Y aunque parezca paradójico esa realidad comenzó a gestarse en medio de los acuerdos de paz que el Gobierno colombiano desarrollaba con la ex guerrilla de las Farc, en La Habana, Cuba. Así lo asegura el Director del Instituto Costarricense de Drogas, Guillermo Araya Camacho.
“En la firma de este acuerdo de paz vimos una necesidad y ellos empezaron a sacar toda la droga que tenían ya almacenada y poderla colocar en países de Centro América con destino a México”, afirma el funcionario.
La declaración de Araya la corroboraron los altos índices de violencia que vivió el país centroamericano en 2016, año en el que, mientras el mundo era testigo del fin de la guerra entre Colombia y las Farc, los medios de comunicación y las autoridades costarricenses registraban con estupor las históricas cifras de muertes violentas en su país.
“En el año 2016 nosotros terminamos con 578 homicidios, el año 2017 con 603 y este año llevamos 68 homicidios”, dijo el Director del Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica (OIJ), Walter Espinosa.
¿Por qué Costa Rica?
Las Farc habrían escogido al país Centroamericano como lugar de desembarque del narcótico por sus condiciones geográficas: tiene costas en el océano Pacífico y el mar Caribe. Pero la principal razón estaría ligada a la inexistente normativa costarricense en materia de extinción de dominio, que permitiría que los ex guerrilleros puedan tener propiedades en ese país sin temor a que sean expropiadas.
En estos momentos el parlamento ‘tico’ se encuentra debatiendo un proyecto de ley que da herramientas jurídicas al Estado para que pueda proceder al decomiso de los bienes de quienes delinquen en el país. La iniciativa ha tenido varios reveses por el resquemor de algunos empresarios que se verían amenazados de promulgarse la ley.
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“A uno le preocupa más cuando los máximos opositores de la ley de Extinción de Dominio han estado ligado a empresas que tienen dudoso origen de su capital, pero también de quienes los financian”, señala el diputado de la Asamblea Legislativa, Ronny Monge Salas.
El legislador aseguró que de establecerse la ley de Extinción de Dominio se daría a los traficantes de droga “un golpe donde más le duele, en lo económico”. Así también lo cree el director de la OIJ, “es una herramienta jurídica que puede servir a la Policía y, en general, al Estado para tratar de atacar la estructura financiera de los grupos criminales, golpearlos en el área más sensible, donde más le duele”.
Mientras eso sucede son cada vez más los costarricenses, en especial los jóvenes, que caen en el mundo de la droga. Hecho que se suma a las otras razones por las que grupos de narcotráfico, asociados a las Farc, se establecen en el país centroamericano.
“Originalmente Costa Rica era sólo un área de paso, después se convirtió en un área de bodegaje y ahora nos estamos convirtiendo en un área de distribución, cuando las estructuras criminales dejan de pagar en dólares y empiezan a pagar con droga”, explica el diputado de la Asamblea Legislativa, Marco Vinicio Redondo.
En Colombia, la Fiscalía General de la Nación trabaja para dar con los testaferros que estarían ocultando bienes de las Farc. Además, el ente de control envió cerca de 13 mil archivos digitales a las autoridades en Ecuador, que permitirían establecer los negocios y bienes que la otrora guerrilla tendría en el vecino país. Se espera que suceda lo propio en Costa Rica.
Daniel Muñoz y Alexander Oyola