En mis momentos de profundo desaliento por la suerte de mi querido país, Venezuela, imagino los escenarios más macabros, lamentablemente no sin cierta base factual. Uno de ellos está relacionado con las elecciones pautadas por el narco-régimen de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, los hermanitos Rodríguez, Tibisay Lucena y otros hampones de la narco-dirigencia chavista, el cual se desarrollaría, más o menos, de la siguiente manera:
- El narco-régimen ya ha comprendido que no puede continuar en el poder, al menos de manera visible. La presión internacional ha crecido significativamente y amenaza con intervenir directamente en el país, lo cual marcaría no sólo el final del narco-régimen sino lo más temido por el hamponato chavista: el enjuiciamiento y prisión para los miembros principales de la mafia. La magnitud de los crímenes ha sido tal que este enjuiciamiento sería casi imposible de evitar
- Por otra parte, el narco-régimen se ha dado cuenta de que le resulta imposible seguir gobernando a un país destruido e internacionalmente aislado, manejado por un régimen despreciado, sin fuentes suficientes de ingreso y, si los hubiera, sin una administración capaz y, además, llena de ladrones. Venezuela está material y espiritualmente quebrada. Por lo tanto, piensa la “alta” dirigencia de la mafia, lo ideal es traspasarle a alguien esta misión imposible y, al mismo tiempo, poder quedar impunes ante la justicia y hasta ante la historia
- ¿Cómo lograr este acto, el cual sería de increíble habilidad, solo comparable a los mejores magos que sacan un camello de un sombrero? Este terrible dilema consumió largas horas de diálogo entre los tutores cubanos y la “inteligencia” narco-chavista. Y, de repente, alguien, quizás el pedófilo Merentes, conocido por sus brillantes argucias, tuvo una inspiración y gritó en la mesa: FALCOOOON! , lo cual sonó – a los oídos de los cansados narco-chavistas – como el grito de TIERRA dado por Rodrigo de Triana hace casi 500 años.
- Por supuesto, dijeron todos, FALCOOOON! Vamos a hablar con Falcón. Falcón siempre ha sido uno de los nuestros. Su corazoncito es rojo, rojito. Además, añadió el asistente cubano, sentado a la derecha de Jorge, Henri se parece a Chávez físicamente. Trae a la mente, de manera sub-liminal, el recuerdo del líder intergaláctico.
- Hablar con Falcón fue fácil, ya que Falcón estaba deseoso de hablar con ellos. Falcón también se parece a Chávez en la desmesurada ambición de poder y en su creencia de que está destinado a grandes cosas, tal como lo creía el autor del desastre. Hablaron. A la derecha de Falcón, estaba siempre sentado el tan talentoso como inescrupuloso Eduardo Semtei, el del 28, el 28…. El Luis Miquilena de Falcón.
- Lo importante ya se había logrado, que Falcón hablara de “negocios” con el narco-régimen. Y, aunque no estuvimos presentes en esa mesa imaginada, podemos presumir sobre la esencia del arreglo. Mediante la puesta en escena del 22 de Abril sucederían cuatro cosas: la primera, que Maduro sería electoralmente derrotado por Falcón. De eso se encargaría Tibisay, junto con la empresa a ser utilizada, a cargo de Jesse. La segunda, que el Presidente electo Falcón, como gran demócrata, pediría ayuda financiera internacional para sacar al país adelante. Tercero y lo más importante: que los cabecillas del narco-régimen serían respetados, en aras de la convivencia nacional, de los sentimientos de “grandeza” del pueblo venezolano, reacio a la venganza. Cuarto, que las relaciones con La Habana se mantendrían con un perfil más bajo, para no asustar a nadie, pero esencialmente de la misma manera que bajo el actual narco-régimen.
- Este es un escenario que tendría muchas probabilidades de tener éxito. La oposición doméstica se encuentra tan fracturada que las voces de protesta iniciales podrían ser efectivamente acalladas por la propaganda oficial. María Corina, Leopoldo, Antonio, Diego, Henrique y Enrique Aristeguieta Gramcko serían llamados mezquinos al protestar contra la farsa. La oposición foránea tendería a desaparecer, ya que se habría obtenido una transición incruenta en Venezuela y el Presidente electo Falcón daría muestras de las mejores intenciones, según rezarían los comunicados oficiales de los gobiernos de la región. El Secretario General de la ONU se manifestaría “muy complacido”. El Papa se sentiría aliviado. Hasta se hablaría de remplazar a Almagro en la OEA. Quizá Zapatero sería nominado para el premio Nobel de la Paz.
- Pero…… Este es también un escenario que tendría muchas probabilidades de venirse abajo estruendosamente. El pueblo comprendería la vil maniobra. Los líderes venezolanos genuinos (Timoteo, Claudio, Rosales, favor abstenerse) se irían a la calle, junto a los miles de venezolanos indignados por tanta superchería. USA, Canadá y la Unión Europea desconocerían al Presidente Falcón. El Secretario General de la ONU se manifestaría “muy preocupado”. El Papa guardaría un discreto silencio pero la Conferencia Episcopal venezolana estaría en la primera línea de la protesta. El Grupo de Lima llamaría a una reunión súper-extraordinaria para debatir la situación venezolana. Zapatero tendría que salir corriendo, en interiores, para tomar el avión de regreso a La Habana. Almagro denunciaría la farsa en la OEA.
¿Se montará esta farsa en escena? La mejor manera de impedir que se concrete es denunciar su posibilidad. Hasta ahora, todo parece indicar que la están montando en firme. Las candidaturas de Maduro y de Falcón ya se han registrado ante Tibisay y hay guiño de ojos entre los representantes de ambos grupos. Los estrategas Cubanos esperan que Venezuela, una vez más, guarde silencio ante la farsa. Hay optimismo en el campo del narco-régimen. Todo parece estar preparado.
Si este fuera su despropósito habría que darles con todo.