Es un gusto conversar sobre Renny Otolína, personaje venezolano quien cronológicamente tuve la oportunidad de compartir y vivir sus momentos de gloria y grandes reflexiones en el país.
El marco conceptual e histórico donde actuó Renny estuvo cercado por una hegemonía política casi absoluta de los partidos Acción Democrática y Copei. La minoría izquierdista solo eran pequeños grupos desestabilizadores, odiados, relegados y maltratados por la dirigencia política de derecha, la cual se encargaba de sembrar en la sociedad, la semilla de desprecio hacia los tales.
Renny fue un personaje muy difícil de olvidar por quienes le conocimos y todavía tenemos vida. Era como él se define: un humanista. Alguien inspirador de fé, confianza y esperanza en la reserva moral del venezolano. El creía que nosotros podíamos llegar a convertirnos en mejores ciudadanos, productivos, respetuosos de la ley, creativos y emprendedores.
Y a mi criterio, es la misma semblanza inspirada hoy por Lorenzo Mendoza. El Renny de ayer es el mismo Lorenzo de hoy: un ciudadano limpio, cristalino, diáfano, inspirador de confianza, esperanza y alegría ¡Así de simple!
Competía por la presidencia de la República con un paisano de la península de Paria y pariente lejano, Luis Piñerúa Ordaz. La antítesis total de nuestro animador. Un personaje lleno de odio, amargura y desesperanza, pero con todo el poder económico, político y la más grande maquinaria electoral y logística solo vencida por Hugo Rafael Chávez Frías.
Renny creía en la gente; se conectaba con la emoción viva del ser humano inyectándole su optimismo sin límites, haciéndole sentir importante, respetado, valorado y casi indispensable para el desarrollo nacional. ¡A ese nivel debemos llegar quienes aspiramos dirigir los destinos venezolanos!
Era el líder necesario para romper el monopolio del poder corrompido de la época; pero una bomba activada por la presión atmosférica y la altura, destruyó la aeronave que lo transportaba hasta la ciudad de Porlamar en la isla de Margarita, donde iba a reunirse con empresarios del sector turístico del estado Nueva Esparta. Lo demás es historia.
Se necesitan otros Rennys, otros Lorenzos. Con capacidad, empeño, arrojo y valentía. Capaces de despedazarle y arrancarle al chavismo-madurista-cabellista la depredación estúpida, irracional y grosera de nuestro más grande potencial: “los recursos humanos de Venezuela”.
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