Alguna mañana oí a Freddy Bernal gritar en un mitin en la plaza Caracas: “no volverán, gobernaron durante 40 años y no hicieron nada por Caracas. No volverán bajo ninguna circunstancia”. Supuse que se refería a eso que han dado en llamar “4ta república, escuálidos, oligarcas”, y otros motes que no son del caso citar ahora, pero que el pueblo venezolano honesto, sensato, y sobre todo demócrata, conoce a cabalidad, y que no está dispuesto a soportar que se le intimide.
Ahora, para más INRI como diría Fausto Verdial, la inefable y multifacética Delcy Rodríguez ha desembuchado: “Nosotros nunca entregaremos el poder”, en otra señal de inequívoca de resentimiento y de actitud antidemocrática. Precisamente ahora cuando se avecina una farsa electoral, cuya convocatoria ilegal por parte del bodrio-anc y la falta de garantías electorales tachan de ilegitimo e inconstitucional tal evento.
La susodicha, entre otros personeros del desgobierno, no admiten la férrea voluntad de cambio de los venezolanos, de modo que podamos salir de esta caverna a la que nos ha llevado el ch …abismo, en su afán por perpetuarse en el poder, convirtiendo el patrimonio público en su propia bodega. La peste teme, no solo a dejar el poder por las vías democráticas, sino también (lo peor para ellos), a ser juzgados, procesados y condenados conforme a derecho, por los múltiples delitos cometidos.
De allí los atropellos y la burla constante a toda norma de derecho; violación de los DD. HH; misiones vergonzosas orientadas a un mayor control social, la corrupción galopante, entre otros males de parecida naturaleza.
La frase de la funcionaria de marras se inscribe en las tantas pataletas de quien no tiene la razón; muestra su perturbación ante los acontecimientos que apuntan hacia una salida del régimen que ella representa, esa pesadilla de casi veinte años que no atormenta.
Eso pone de bulto nuevamente la constante prédica violenta del señor que se encuentra aposentado en Miraflores, no solo contra USA, las supuestas oligarquías, el capital, sino también la consabida y detestable persecución a la disidencia política, ganaderos, empresarios y un largo etcétera que le resulta incómodo por la sencilla razón de pensar distinto.
La Patria volvió al parlamento venezolano en 2015, y el mensaje incendiario y de matón de barrio como diría el Dr. Manuel Caballero, QEPD, se agrega al alarmante vaticinio de la referida funcionaria, según el cual “no entregarán el poder”. Cabe entonces preguntarnos: ¿para qué elecciones, de suyo chimbas, ilegales, ilegitimas e inconstitucionales
En lugar de andar haciendo predicciones guerreristas y vomitando amenazas, el gobierno debería enfrentar al hampa que hoy anda por sus fueros; aceptar lka ayuda humanitaria que tanto nos han ofrecido, y que desde luego necesitamos con urgencia; declarar a la delincuencia la verdadera “guerra asimétrica”. Y muy especialmente respetar al órgano legislativo que elegimos en 2015. Suena iluso, soñador, quijotesco, lo sé. Pero así lo escribo.
Sin más vueltas: la mayoría no está de su lado, la democracia impone el deber de aceptar la victoria del contrario en elecciones limpias, trasparentes y verdaderamente conforme con la Ley.
Que la barbarie no nos tenga como enemigo, conspiradores o antipatriotas. Ese lenguaje chantajista, amenazante y de coacción no revela otra cosa que miedo, desesperación y desconfianza en el seno del partido rojo rojito, sus aliados y conmilitones que allí conviven.
“La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los Gobiernos Democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo Ciudadano el Poder. El Pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la Libertad Republicana, y nuestros Ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo Magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los manda perpetuamente”, advirtió el Libertador en el 5º párrafo de su Discurso de Angostura..
Estas palabras del Padre de la Patria son una clase magistral de Libertad y Democracia, sumario y síntesis de sus ideas políticas y constitucionales y les ruego disculpen la frase coloquial, por su oportuno uso con la sabiduría popular: más claro no canta un gallo.