La policía de Estados Unidos continuaba el martes la búsqueda de un “atacante serial” en la capital de Texas, Austin, luego de la explosión de cinco bombas improvisadas este mes, que dejaron dos jóvenes gravemente heridos, avivando los temores en la población.
Luego de un reciente ataque el domingo, un quinto paquete explotó en la madrugada del martes en un centro de distribución de FedEx, según medios estadounidenses.
Esta vez la explosión sacudió el lugar en la localidad de Schertz, en los suburbios de San Antonio. Una empleada habría resultado herida según las primeras informaciones.
El Washington Post, citando al FBI, reportó que el paquete estaba destinado a Austin.
Las autoridades vincularon el ataque del domingo pasado a otros tres ocurridos en Austin en las últimas semanas, que mataron a dos personas y lesionaron a otras cuatro, destacando un “mayor nivel de sofisticación” en esa explosión.
“Claramente estamos lidiando con lo que por ahora esperamos que sea un atacante serial”, dijo en rueda de prensa el jefe de policía de Austin, Brian Manley, en la noche del lunes.
La primera bomba estalló el viernes 2 de marzo y otras dos habían explotado el pasado lunes 12. Los artefactos explosivos fueron fabricados con componentes de venta libre en ferreterías. El móvil de los ataques aún no se pudo determinar.
“¿Esto es terrorismo? ¿Está vinculado al odio?”, se preguntó Manley. “Como dijimos desde el principio, no estábamos dispuestos a clasificar esto como terrorismo, como (crímenes de) odio, porque simplemente no sabemos lo suficiente”.
Dos hombres negros de 39 y 17 fueron asesinados al explotar paquetes bomba que fueron dejados en las puertas de sus casas. Una mujer hispana de 75 años resultó herida en la tercera explosión. Esto planteó la posibilidad de que los crímenes tuvieran una motivación racial.
Sin embargo, el ataque del domingo hirió a dos hombres blancos de 22 y 23 años mientras caminaban en un tranquilo barrio residencial del suroeste de Austin.
– “Aleatoria” y “más sofisticada” –
Según la policía, la explosión parece haber sido “aleatoria” y activada por un cable trampa, una diferencia “significativa” con respecto a los tres ataques anteriores, en los que las bombas llegaron por correo.
Es “muy posible” que haya sido “activado por alguien que manipuló, pateó o entró en contacto con un cable trampa que activó el dispositivo”, dijo Manley.
“Definitivamente vemos un cambio en el método”, añadió, y destacó que esto muestra un atacante con “un mayor nivel de sofisticación, un mayor nivel de habilidad” de lo que inicialmente se creía.
El agente especial del FBI Christopher Combs coincidió: este cable trampa “cambia las cosas. (…) Es más sofisticado”.
“Estamos muy preocupados de que un niño pueda estar caminando por la acera y tocar algo” así, añadió.
La explosión del domingo se produjo horas después de un mensaje televisado de las autoridades al autor de los ataques: “Queremos comprender lo que le llevó a hacer eso y queremos escucharlo”.
Manley reiteró el llamado al responsable y pidió a la población denunciar todo los que crean sospechoso. “Necesitamos cada pista, cada información, por intrascendente que pueda parecer”, dijo.
La recompensa ofrecida por cualquier dato que lleve a un arresto se incrementó a 115.000 dólares.
– “Ataques terroristas” –
Tres legisladores demócratas pidieron que las explosiones sean consideradas “ataques terroristas” e “investigadas como tales”. Además, los representantes Bennie Thompson, Cedric Richmond y Sheila Jackson Lee urgieron a determinar si los atentados “tienen una motivación ideológica o racial”.
“La comunidad afectada está ahora bajo virtual arresto domiciliario y se supone que toda la ciudad está en estado de temor, lo que puede convertirse fácilmente en pánico”, apuntaron.
Una fuerza especial compuesta por centenares de policías trabaja en este caso, con apoyo de expertos del Buró Federal de Investigación (FBI) y de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de fuego, un organismo federal conocido por su acrónimo ATF.
Detener al atacante “es la máxima prioridad”, dijo el alcalde de Austin, Steve Adler, en la cadena ABC, añadiendo que “un ejército de agentes federales” participa en los operativos de búsqueda.
“Vamos a averiguar quién es el responsable de esto y vamos a detenerlo”, prometió. AFP