La semana pasada la Organización de Países Exportadores de Petrolero (OPEP) reportó que Venezuela perdió 52.400 barriles por día (bpd) en febrero, según su fuente secundaria o independiente. Mientras la Agencia de Energía Internacional (AEI) ubicó la caída en 60 mil bpd.
Otro hecho resaltante es la producción de petróleo en Venezuela. La OPEP reportó para febrero 1.548.000 bpd, según su fuente independiente, y 1.586.000 bpd de acuerdo al Ministerio de Petróleo, presentando una pequeña diferencia del 3% entre ambas fuentes. En enero, el Ministerio en su afán por revertir la tendencia de la caída de la producción manipuló la cifra, marcando una diferencia a su favor de 168 mil bpd (11%) de acuerdo a la fuente secundaria de la OPEP.
Durante todo el año 2017, Venezuela tuvo una caída sostenida de la producción de petróleo que alcanzó 354 mil bpd según la fuente independiente de la OPEP. En los meses de enero y febrero de este año se mantiene esta tendencia de manera acelerada, sumando un total de 99 mil bpd. El doble de la caída en el mismo periodo de 2017 que alcanzó una cifra de 47 mil bpd. Por ello, la AIE señaló el viernes pasado que Venezuela es hoy el mayor riesgo de suministro en el mercado petrolero mundial.
Si se mantiene este desplome, la producción petrolera estará al final del año en el rango 1.083.000 – 1.024.434 bpd. Con este nivel de producción, el régimen de Nicolás Maduro tiene difícil el cumplimiento de los compromisos de pago con petróleo a las socias de PDVSA en las empresas mixtas; el suministro de crudo al mercado interno para satisfacer la demanda nacional de productos refinados; y la venta de petrolero a las refinerías de Estados Unidos, que produce la mayoría de los ingresos de divisas del país.
Según los datos de Trade Flows de Reuters, PDVSA y sus empresas conjuntas enviaron 21 cargamentos de petróleo a Estados Unidos en febrero, la mitad de lo que exportaba en los últimos 5 años, 378.643 bpd. Asimismo, la Agencia de Información de Energía de los Estados Unidos (EIA) reportó una importación de 420 mil bpd desde Venezuela para ese mismo mes, 10% por encima de lo registrado por Trade Flows.
Por lo tanto, la exportación de petróleo venezolano hacia Estados Unidos en el mes de febrero fue la más baja cantidad desde 1982, porque el bajo volumen de crudo enviado en 2003 obedeció a una causa especial, la huelga petrolera de diciembre 2002.
Ante esta realidad, las refinerías americanas de la costa del Golfo han tenido que incorporar más petróleo liviano a sus dietas de crudo, o sustituirlo por otro petróleo pesado tipo Maya de México o del Canadá. Datos de Estados Unidos que siguen la densidad del crudo utilizado por las refinerías americanas indican que éste se ha vuelto más liviano mes a mes, alcanzando el nivel más liviano en 27 años. Al mismo tiempo, el descuento del petróleo venezolano en relación con el de lutitas de los Estados Unidos se ha reducido, perdiendo competitividad.
En 2017, Total de Estados Unidos no compró crudo venezolano. Mientras
Motiva, Phillips 66, Citgo, Valero y Chevron disminuyeron sus importaciones de petróleo desde Venezuela en 70%, 56%, 17%, 13%, y 6% respectivamente, e incrementaron sus compras a PDVSA Chalmette 6 mil bpd, Premcor 19 mil bpd y Marathon 16 mil bpd.
Resalta la caída sostenida de la importación de crudo de Citgo (107 mil bpd) y Phillips 66 (147 mil bpd) desde 2012; así como el incremento de las compras de Chevron en 64 mil bpd desde 2009, convirtiéndose en el segundo receptor de las exportaciones de PDVSA hacia Estados Unidos en 2017 -entre otras cosas, por el pago con petróleo del préstamo de 2 mil millones dólares otorgado a la estatal petrolera en mayo 2013.
Ante esta situación, imponer el embargo petrolero por parte de la Administración Trump al régimen de Maduro tiene un bajo riesgo para las refinerías estadounidenses. Citgo y Chevron serán las más afectadas en cuanto al volumen que importan actualmente desde Venezuela, además del manejo del monto adeudado por PDVSA a Chevron. El resto de las refinerías podrán hacer un buen manejo del riesgo, comprando crudos livianos en el mercado petrolero americano.
El colapso petróleo en Venezuela es un hecho. Recuperar el nivel de producción de 2002 -la industria petrolera venezolana- tomará varios lustros, sobretodo por el cambio de paradigma en el sector energético mundial y el mal manejo del negocio petrolero en Venezuela en los últimos 16 años.
Maduro atraviesa por el ocaso de la Venezuela potencia energética, y se encuentra en una multicrisis tipo bola de nieve.
Por lo tanto, el gran colapso de la producción petrolera venezolana es irreversible en las condiciones actuales.
Director Ejecutivo de Inter American Trends @iatrends