¿Es realmente la amante la culpable de la infidelidad?

¿Es realmente la amante la culpable de la infidelidad?

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Piensa en una definición de “rompe hogares”. ¿Te viene a la cabeza la imagen de un hombre o una mujer? Seguramente, porque cuando se trata de historias de “cuernos” siempre culpamos a “la otra” (especialmente si se parece a Hiba Abouk). Seis hijos después seguimos sin aceptar a Angelina Jolie (pero Brad no ha hecho nada malo). En el fondo de nuestros corazones sabemos que para cometer una infidelidad hacen falta dos. Pero ¿por qué seguimos echando las culpas a la mujer que nos arrebató a nuestro chico? Vamos a examinar la respuesta:

Asumimos que ellos no tienen remedio

La realidad es que la mayoría de crímenes que vemos en televisión o en las noticias de la web han sido protagonizados por hombres. “Existe la creencia inconsciente extendida que los hombres son malos y las mujeres son buenas”, apunta Christene Hartman, experta en relaciones y comportamiento. “Cuando una mujer hace algo que está mal, es más fácil reprobarlo porque lo asociamos a que está haciendo algo en contra de su naturaleza”. Es como si rompiera un pacto silencioso (ya sabes, aquel que dice “no te acerques a mi hombre y yo no me acostaré con el tuyo”). Si tu hombre se va con otra, ella es el zorrón y él “simplemente” ha cometido un error. Cuando, en realidad, él es el único que ha traicionado vuestro “contrato de pareja”.

Es más fácil odiarla a ella

La “otra” es un blanco fácil de odiar especialmente si no la conoces, o si no es tu amiga. Odiar a la persona que amas porque te ha traicionado es más complicado. Culparlo a él hace que te cuestiones pilares que antes considerabas incuestionables, como “¿y si mi matrimonio es una mentira?” o “¿y si no es quién yo pensaba que era?, o bien “¿me quedaré sola el resto de mi vida?”. En la mayoría de casos, si arremetemos contra ella es porque en realidad deseamos seguir con él y, por tanto, necesitamos proyectar nuestra rabia contra alguien que no sea él.

En realidad fue ella quién lo buscó

Pensamos que si ella se esfuma, el problema desaparece con ella, porque es la otra quien lo está buscando y para él es fácil dejarse engañar. Pero en el fondo sabemos que hay un millón de razones que llevan a un hombre a ser infiel y, por lo general, la solución es más complicada que hacer que desaparezca la otra mujer. Una infidelidad es sólo un síntoma de un problema más profundo. ¿Qué sería lo más eficaz? Olvidarte de condenar a la otra mujer y tratar de entender qué ha llevado a tu hombre a ponerte los cuernos.

Raramente un hombre engaña a su pareja porque no la encuentra suficientemente atractiva o por qué la otra está “más cañón”. Habitualmente se comporta así porque está enfadado con su pareja o porque no siente atendidas sus necesidades físicas y emocionales.

Así que, la próxima vez que estés consolando a una amiga que haya sido engañada por su pareja o estés lidiando tú misma con unos situación de cuernos, huye de la tentación de culpar al tercer vértice del triángulo amoroso. Al fin y al cabo, ella es otra mujer, como tú, que está intentando encontrar alguien que la quiera.

Nota tomada de Womens Health.

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